sábado, 25 de mayo de 2013

FERIAS Y MERCADOS EN VILLADIEGO

                              ANTAÑO (años cincuenta)




(Pintor RODOLF ABBAD)
Entrañables murales expuestos en el Hogar del Jubilado, 
salón de la sucursal de CajaCírculo en Villadiego 


Ganados, hortelanas y otros mercaderías (de mis Memorias)


"......Al reclamo de aquellos tropeles humanos, presentes en el mercado o las ferias, llegaban también las hortelanas de Melgar de Fernamental en sus tartanas de mulas repletas con los productos de las huertas. Frutas y hortalizas, tras la descarga, se apilaban en pirámides de un lado a otro de la plaza bajo la complaciente mirada del Padre Flórez. Nosotros también mirábamos aquella gigantesca despensa verde pero con ojeadas menos confesables. Sustraer alguno de aquellos apetitosos pepinos o un pimiento morrón para saborearlos lejos de la plaza, representaba todo un reto que siempre había alguien dispuesto a superar. Provisto de una larga vara de carretero con aguijón bien afilado y una buena dosis de audacia la cosa parecía posible. Y a menudo se conseguía pasando la vara entre las piernas de los numerosos clientes y curiosos de los puestos. Escondido tras ellos, bien lanceado el pimiento y discretamente arrastrado a través de la muralla humana, al osado ya sólo le quedaba correr con él tan veloz como lo permitieran sus piernas. En ocasiones, la hortelana descubría la desvergüenza y vociferando a grito pelado, más por burlada que por hurtada, conseguía amedrentar al ratero con sus improperios y este abandonaba el botín para huir aún más despavorido si cabe. Cuando la empresa llegaba a buen fin, el pimiento era, más que un premio a la audacia, un castigo a la glotonería porque en ocasiones picaba que alampaba y no había valiente que soportara semejante escarmiento en la boca.

          Pero la Plaza Mayor no era el único lugar en el que se desarrollaban las ferias. La villa disponía también de otras plazas en las que se facilitaba la concurrencia por separado de animales, productos alimenticios y ofertas artesanales o de la escasa industria del momento. Cierto que en aquel recinto, además de las hortelanas, se ubicaban los vendedores de aves y huevos, conejos, legumbres, quesos, frutos secos, semillas, plantones, aperos para la labranza, toda suerte de recipientes de alfarería y un largo etcétera de artículos que en los pueblos de la comarca raramente se podían conseguir. Además, allí estaba situada la mayor parte del comercio de la villa en el que los visitantes podían adquirir desde unas alpargatas de cáñamo hasta un ajuar completo para la novia, pasando por una extensa oferta de mercería, droguería, ferretería, materiales para la construcción, etc. Y, como regulando aquella amalgama, allí estaban también la mayor parte de bares y tabernas del pueblo dispuestas a calmar la sed y el apetito de todos y facilitar las relaciones comerciales de tratantes y aldeanos entre trago y cigarro.

          En el resto de las plazas se situaba toda la fauna doméstica llegada en ocasiones desde otras provincias y presta para ser vendida al mejor postor. Así, en la extensa plaza próxima al templo de Santa María se reunía todo el ganado bovino y los équidos en espacios separados entre sí. El gigantesco rebaño de bueyes, vacas y terneros se situaba junto a los aledaños del matadero municipal y, el ganado mular, caballos y yeguas aquellos gigantescos percherones de cuartos traseros como divanes, traídos a la feria desde Holanda según algunos enteradillos, ¡vete tú a saber…! se arremolinaban en torno al crucero de piedra entonces ubicado a pocos metros del templo. En la plaza de los Mártires de la Tradición podían verse todos los tamaños de puercos —algunos de dos patascon sus ruidosos lechoncillos apenas recién nacidos. Y en la plaza de Roma —en la que estaba instalada la báscula municipal para el pesaje de animales, se exponían las ovejas y los corderos que alfombraban el suelo con sus peculiares cagarrutas.

          Entre todo este mundo animal se movían tratantes y ganaderos practicando unos y otros el regateo y confirmando sus ajustes con un estrecho apretón de manos que equivalía al más sólido de los contratos ante notario. Por allí andaban también los gitanos capaces de convertir un jamelgo escuálido o un asno macilento en vigorosas bestias de montar. Y, cómo no, por allí andábamos nosotros sorteando astas, rabos y coces, provocadas a veces estas últimas por el aguijón bromista de Manolo entrañable amigo de la infanciaque se desenvolvía como pez en el agua entre aquel zoológico. Alguna vez voló por los aires corneado por las astas de un novillo poco amistoso que bien podía haberle descalabrado si la Providencia no hubiera estado al quite. Como muestra del lance, exhibía después algún rasguño delator que más que una herida dolorosa era para él un valioso trofeo de safari. 

          El mercado de los cerdos, a pocos pasos de mi casa, era un espacio emplazado bajo los soportales de la Plaza de los Mártires de la Tradición y repleto de cajones de madera en donde los vendedores mostraban sus puercos y algunos ganaderos, todo hay que decirlo, sus reprobables ordinarieces. Allí, los clientes presionaban con sus manos los lomos de los paquidermos, como para calibrar el grosor de los perniles, y los cerdos reaccionaban con ensordecedores gruñidos. Semejante concierto, unido al olor fétido de los excrementos, hacía poco apetecible la visita y no tardábamos mucho en abandonar el lugar para dirigirnos a la plaza de las ovejas. En este lugar, pisar el suelo sin aplastar una cagarruta era casi imposible. Y aunque no lo parezca, también se corría cierto peligro de salir trasquilado por acoso y derribo. Porque junto a tanta mansedumbre de ovejas y corderillos había algún que otro carnero con maneras taurinas que podía darle un buen susto a uno con una de sus peligrosas mochadas. Sobre todo si andaba por allí Manolo provocando al borro o empeñado en ordeñar a alguna de las ovejas de su particular harén....".
  

HOGAÑO











miércoles, 22 de mayo de 2013

CONCIERTO EN EL FÓRUM EVOLUCIÓN DE BURGOS

ORQUESTA SINFÓNICA DE BURGOS Y
CORO DE LA FEDERACIÓN CORAL BURGALESA

Quinto Concierto de abono (domingo 19 de mayo de 2013)


Los conciertos de la Sinfónica Burgalesa representan un aliciente periódico para melómanos hasta el extremo de conseguir desbancar a la alternativa del fútbol televisado por muy apañado que sea el encuentro. Y confieso que esto me llena de placer ―aunque me confiese aficionado de sillón― porque significa que algo muy hermoso está sucediendo en el entorno cultural de la ciudad y de manera especial en la música sinfónica.

Tratar de estimular la atención musical del lector, con el relato pormenorizado del programa, sólo conduce a que, pase página y acuda presuroso a la de los últimos resultados de la liga.  De manera que lo mejor es remitirle al entusiasmo que desbordó el acontecimiento entre los espectadores, sólo comparable al que consiguió el gran maestro y director Rafael Frühbeck de Burgos con motivo de la inauguración del auditorio el pasado septiembre. Así que mi propósito no es otro que el de relatar sensaciones, que para eso están concebidas las artes y de manera especial la música.

Era el último del ciclo anual de conciertos y el programa consiguió llenar el recinto hasta colgar en las taquillas el cartel de «se han agotado las entradas» ―mil trescientos setenta y un asistentes si no conté mal―. Cierto que entre el total de espectadores ha de contemplarse un numeroso grupo de asiduos, con afinidades a músicos y coralistas intervinientes que solemos acudir regularmente y en masa por afición, convicción y devoción.

Comenzaré por decir que no intercambié una sola palabra con mis compañeros de butaca, ―atentos como yo al discurrir de la música― salvo la explosión de entusiasmo verbal que se produjo en el momento del descanso. Porque hasta los espacios vacíos entre intervenciones llenaban el ánimo musical asociando a espectadores con instrumentistas y voces. En la más absoluta quietud y sin estridencia alguna que estorbara la audición, discurrieron las interpretaciones de las obras de Giuseppe Verdi y Richard Wagner, geniales compositores y, a la par, hombres de vida azarosa que en nada enturbió su riqueza creativa. Uno los imaginaba, ―mientras orquesta y coros interpretaban magistralmente sus obras―, en el propósito de vaciar su mente privilegiada para llenar la de millones de personas que, a lo largo de doscientos años han venido disfrutando de este privilegio.


Mejor una audición que mil palabras:


De manera especial los momentos del Coro Nupcial de Wagner (Lohengrin), ―con el que se ha recibido en los templos a millones de futuros matrimonios― y La Obertura de Nabucco de Guiseppe Verdi ―que, tan pronto suenan los primeros compases, suscita emociones en cualquier lugar y ocasión― significaron la culminación de una tarde magistral que alimentó el orgullo de poseer tan espectaculares orquesta y coros en la ciudad. Por otra parte, reconocemos y admiramos el trabajo arduo y entregado de ambos, que atentos a dos geniales batutas merecieron el calor de los más que entusiasmados aplausos y las aclamaciones a la incuestionable bravura de su bien hacer.

Mi sincero reconocimiento a cada uno de los participantes por tan bello espectáculo y, de manera especial, a Javier Castro Villamor y Rodrigo Calzada Peña, batutas de excepción que han conducido ambas agrupaciones a tan brillante colofón.



¡Paso a paso...........!

AGRUPACIÓN CORAL DE CÁMARA "SAN ESTEBAN"




LA CORAL EN MI ÁNIMO

El próximo mes de noviembre se cumplirán treinta y cuatro años que la fortuna me deparó la oportunidad de unirme a un grupo humano repleto de ilusiones, voluntad y entrega para consolidar un proyecto coral. Fue de la mano de quien era ya un acreditado músico burgalés, cuyas manos envolvían las melodías de la música como quien engalana una preciada joya de orfebrería. Éramos compañeros de trabajo en la vida docente y no le resultó difícil incorporarme porque para mí, el cantar en una coral, orfeón o cualquier forma grupal de aficionados era un sueño mil veces aplazado.

Desde aquellos venturosos días en que vi cumplida una de mis más anheladas aspiraciones, he hecho recuento de venturas y descubierto que, no sólo mereció la pena unirme al grupo, sino que en él he aprendido a interpretar el valor de la música coral y las sensibilidades de sus compositores, disfrutado del placer de la amistad, de la recompensa del aplauso, e incluso, con la terapia de un ambiente humano calido y franco, recuperado de las tensiones que le depara a uno el diario vivir.

Pues bien; Juan José Rodríguez Villarroel, aquel generoso amigo que me aupó a las gradas de centenares de conciertos, dejó su batuta, aún caliente, en manos de otro confirmado músico burgalés, César Zumel Vaquero, quien no sólo mantiene la calidez de la dirección recibida sino que está logrando añadir espléndido currículo y valores a los ya conseguidos en la dilatada cadena de éxitos que enorgullecen a la agrupación. El último en el concierto del pasado día veinticuatro con el que concluía el magnífico Pregón de la Semana Santa burgalesa.

Vaya para ambos mi profundo respeto y el más sincero agradecimiento por su bien hacer, entrega y generosidad. Como muestra de mi personal estima, incluyo el breve vídeo de una de las intervenciones a las que añadió su excepcional sensibilidad mi admirado músico Diego Crespo Ibáñez, interpretando piezas de Antonio de Cabezón. Todo ello al amparo de las naves góticas de una de las catedrales más bellas de Europa.
E.G.S.






POR QUÉ ME HICE CORALISTA
Noviembre 1978




Yo conocí a Juan José R. Villarroel el año 1978 en el que se incorporó al equipo de profesores del Colegio Apóstol San Pablo de Burgos que había iniciado su tarea como centro docente de Primaria hacía tres años. Era, por tanto, un espacio en el que todas las iniciativas eran bienvenidas teniendo en cuenta su bisoñez y los muchos afanes de todos por conseguir calidad y eficacia docente.

Los sucesivos años de tarea escolar en común los recuerdo con emoción porque significaron, junto a él y otros excelentes compañeros y compañeras, un importante periodo de mi vida como maestro, empeñados como estábamos todos en sacar adelante un Colegio cargado de incertidumbres. Después de algunos cursos de vida profesional compartida, el destino decidió mi ausencia del centro y Juan fue el encargado de recoger el testigo y asumir las responsabilidades de dirección que yo abandonaba. El tiempo confirmaría que el relevo quedó en las mejores manos.

En los años vividos en común esfuerzo docente, la Coral San Esteban era permanente motivo de conversación en nuestros momentos de asueto y, en ellos, Juan explicaba, con la vehemencia que le caracteriza, sus afanes y proyectos impregnados de un entusiasmo contagioso que yo, proclive a la música coral por afición y convicciones, pronto asumí para caer en las redes de la causa. Tras su amable y calurosa invitación, me incorporé a la Coral sin otro bagaje musical que el de mi osadía y tan privilegiado valedor. No era la mía una aportación valiosa por cuanto mis conocimientos musicales se reducían a distinguir el pentagrama de unas pautas de caligrafía escolar, pero entre él y los magníficos coralistas del momento, que me recibieron con los brazos abiertos, conseguí hacerme un hueco en la siempre discutida e injustamente denostada cuerda de los bajos. A partir de ese momento, una sucesión ininterrumpida de experiencias felices me han hecho bendecir permanentemente la hora en que tomé tal decisión. Y entre todos ellas, la convivencia con gentes tan heterogéneas como encantadoras quizá haya sido, al margen de los indudables valores musicales disfrutados, la mejor recompensa.

            Durante mi presencia como coralista he acuñado una valiosa carga de emociones, gratísimas experiencias, celebradas anécdotas y, por encima de todo, entrañables amigos y amigas que engrosarán siempre mi particular colección de afectos. Con todo ello pretendo mostrar lo que un colectivo, unido por intereses en perfecta armonía, puede hacer para conseguir ese trozo de felicidad que tan escurridiza se nos muestra a menudo.

martes, 7 de mayo de 2013

ADOLFO GARCÍA-SASTRE

La Coral de Cámara “San Esteban”, como otras muchas agrupaciones musicales de su estilo, configura un pequeño mundo en el que la música es el denominador común de un proyecto compartido, que en este caso, acumula más de cuarenta años de existencia ininterrumpida.

Es frecuente que en la valoración de los méritos corales no se incluyan los méritos individuales de sus componentes, ni mucho menos la proyección social de las familias a las que pertenecen. Es el anonimato el que, sin otras ambiciones que el noble desarrollo de su afición y el gusto por la música bien interpretada, lo que preside cada incorporación y con ella el empeño por el éxito.

Sin embargo, no es difícil descubrir en el devenir familiar de cada componente, aportaciones que ennoblecen la tarea humana de ser útil a la sociedad, cuando alguno de sus miembros destaca en el mundo de la cultura o la investigación como es el caso al que me voy a referir.

El próximo día 12 de junio se celebrará en el Palacio de Congresos Fórum Evolución de Burgos una SESIÓN DE DIVULGACIÓN CIENTÍFICA DEL XII CONGRESO NACIONAL DE VIROLOGÍA. En él participará ADOLFO GARCIA-SASTRE (Mount Sinai School of Medicine, Nueva York), burgalés por los cuatro costados e hijo ilustre de nuestra compañera de coro Pilar Sastre.  

Al incorporar esta información a mi humilde blog, quiero felicitar a la excelente soprano y madre y compartir con toda su familia el orgullo de burgaleses que nos reclama la proyección universal de nuestro amigo Adolfo.

Admitiendo la complejidad que comporta para nuestra interpretación de profanos el extenso currículo de aportaciones que configuran su labor, queremos mostrarlo en la medida que la página web (Mount Sinai School of Medicine, Nueva York) se facilita a los visitantes interesados en su brillante historial de investigación. En nuestro caso con el placer de relatar sus méritos.
  

Adolfo García-Sastre

Profesor del Departamento de Microbiología 
Fischberg Presidente y Profesor del Departamento de Medicina, División de Enfermedades Infecciosas
Co-Director, Instituto de Patógenos Emergentes 

Dr. García-Sastre es profesor en el Departamento de Microbiología y Co-Director del Instituto de Patógenos Emergentes en el Monte Sinai School of Medicine en Nueva York. También es investigador principal del Centro de Investigación sobre Patogénesis Influenza (CRIP), uno de los seis Centros de Excelencia del NIAID para la Investigación y Vigilancia de la Gripe (CEIRS). Junto con Charlie Rice, él es el líder del componente de investigación básica en la terapéutica viral y la patogénesis de la propuesta Center North East Biodefensa, que fue financiado por el NIAID y cuenta con la colaboración de más de 20 instituciones académicas en Nueva York, Connecticut y Nueva Jersey . Durante los últimos 15 años, su interés en la investigación se ha centrado en la biología molecular del virus de la gripe y otros virus de ARN de cadena negativa. Durante su formación postdoctoral en la década de 1990, desarrolló por primera vez, nuevas estrategias para la expresión de antígenos extraños por un virus ARN de cadena negativa, el virus de la influenza. Ha hecho importantes contribuciones al campo del virus de la influenza, incluyendo 1) el desarrollo de técnicas de genética inversa que permiten la generación de virus de la gripe recombinantes de ADN plásmido (estudios en colaboración con el Dr. Palese), 2) la generación y evaluación de los vectores de virus de la gripe como posibles candidatos a vacuna contra diferentes enfermedades infecciosas, como la malaria y el SIDA; 3) la identificación de la función biológica de la proteína NS1 no estructural de virus de la gripe durante la infección: la inhibición del sistema de E interferón (IFN) de tipo, y 4) los la reconstrucción y la caracterización del virus de la influenza pandémica extinto de 1918. Sus estudios proporcionan la primera descripción y análisis molecular de un antagonista de IFN-viral codificada entre los virus de ARN de cadena negativa. Estos estudios llevaron a la generación de virus de la gripe atenuados que contienen mutaciones definidas en su proteína antagonista de IFN que podrían llegar a ser óptimas las vacunas vivas contra la gripe. Su investigación ha dado como resultado más de 100 publicaciones científicas y revistas. Fue uno de los primeros miembros de la Sección de Estudios de Vacunas de los NIH. Además, él es un editor de Journal of Experimental Mediciney PLoS Patógenos y miembro del Consejo Editorial de la revista Journal of Virology , Virología, Journal of General Virology y Virus Research. Ha sido co-organizador del curso internacional de vectores virales (2001), que tuvo lugar en Heidelberg, Alemania, patrocinado por la Federación de Sociedades Europeas de Bioquímica (FEBS), y de la primera Conferencia de Investigación en Orthomyxoviruses en 2001, que se celebró en Teixel, Países Bajos, patrocinado por el Grupo Europeo de Trabajo Científico sobre la Gripe (ESWI).

http://research.mssm.edu/garcia-sastre/adolfo-garcia-sastre.html

PEDAGOGÍA AVANZADA






Mi amigo Chema también fue niño y, como es obvio, también hubo de acudir a le escuela a la que le obligaba su condición de parvulito. Semejante aserto corresponde a las verdades de Perogrullo pero es necesaria la precisión para convenir que, con ello, se vio obligado a variar algunas conductas domésticas, por demás siempre provechosas como es el caso.

El hombre, mejor, el niño, nunca le hizo ascos a la obligación de acudir puntualmente cada mañana al ágora escolar para memorizar abecedarios, guarismos y oraciones. El recreo y los espacios de disfrute con los amiguitos en cuadrilla eran el mejor de los argumentos para entusiasmarle lúdicamente y de paso civilizarse para el futuro. Así que nada que objetar a las disciplinas mañaneras.

El asunto se complicó cuando, superado el mes de septiembre y obligado por el calendario escolar, hubo de acudir con la misma diligencia a la recién estrenada sesión de la tarde. Semejante despropósito le pilló descolocado porque, devoto genético de la siesta como cualquier celtíbero que se precie, se le obligó a prescindir de ella para acudir a su pupitre y rematar allí la tarea escolar del día. Lo cierto es que su hábito por reposar, después del menú familiar del mediodía, tampoco era sistemático y estaba sometido a las veleidades de lo que su madre llamaba cabezonería. Porque el sí o el no de la siesta dependía de su talante del momento y aquel primer día tocó el no con la firmeza de un miura.

Así que semejante desatino no cabía en su testa y se negó en redondo a acompañar a la madre cuando esta le urgió para acudir diligente y puntual al centro. No hubo argumento ni estímulo capaz de doblegarle hasta que intervino el padre. El hombre, ducho en tretas, utilizó su capacidad para el señuelo y tomándole de la mano, sin alusión alguna al camino que iban a recorrer juntos, se dirigió a casa de Alvarito, el amigo del alma, dejando de lado la escuela por delante de la que ambos pasaron ignorándola. Desde el portal de la vivienda de su colega de aula, entraron a las cuadras en las que descansaban las bestias de labor, entre las que se encontraba su amigo sujeto al pesebre que compartía con el asno. 

Ante tan insólita presencia, Chema intuyó la previsible sentencia de su padre en términos más que convincentes:  

―«¡Alvarito tampoco quiere ir a la escuela, así que…», le dijo.




El hombre no llegó a terminar la propuesta que le había llevado a semejante escenario con el pequeño, porque intuyendo éste la que se le venía encima y, ante la amarga perspectiva de situarse al lado de su amigo acompañando al animal, no fue necesaria más presión para doblegar su tozudez. Desprendiéndose de la mano de su padre y como alma que lleva el diablo, salió zumbando del recinto, tan veloz como sus piernecitas le permitían, y llegó a la escuela en un santiamén. Desde aquella tarde jamás dejó de cumplir su jornada escolar al completo y preparase así para llegar a ser un «hombre de provecho», meta universal que los adultos proponían a los colegiales en los oscuros momentos de apatía escolar.  

sábado, 4 de mayo de 2013

HACHI




La historia de Hachi, un perro akita, es una muestra más de las muchas que la experiencia entre seres vivos de distintas categorías muestra como el lado más hermoso del convivir entre especies y estas con el hombre. Ejemplos como el de Hachi son frecuentes y confirman hasta donde algunos valores son una muestra incuestionable de que la virtud de la fidelidad no es patrimonio exclusivo de la especie humana.

El relato de la peripecia de Hachi comienza en una granja de Odate (Japón) a principios de 1924. Eisaburo Ueno, profesor en la Universidad de Tokio, compró el animal como mascota para su hija adolescente Hachiko a quien se lo envió dentro de una caja a la estación de Shibuya. Después de dos días de viaje en tren, el cachorro llegó en estado tan lamentable que parecía estar muerto. Sólo al llegar a casa descubrieron su viveza ante un vaso de leche que consumió con deleite. Fue este el comienzo de una vida sorprendente que convirtió su fidelidad en argumento para el fascinación de los habitantes del lugar.

Cuando la hija del profesor contrajo matrimonio y se fue a vivir a la casa paterna de su esposo, el profesor pensó en regalar a Hachi pero pronto se encariño con el perro que lo adoraba sin reserva. Cada día acompañaba al hombre a la estación del ferrocarril, cuando este acudía a su trabajo, y al final de la jornada volvía a recibirlo. Esta querencia, de la que perro y amo participaban, no pasó inadvertida ni por los viajeros del tren ni por los comerciantes de la zona. Este hábito inquebrantable continuó hasta el 21 de mayo de 1925 en que el profesor sufrió una hemorragia cerebral mientras daba sus clases y falleció. 


Hachi acudió a esperarle como cada día y su amo no volvió aquella noche a casa. A partir de aquel momento, estableció su estancia en el mismo sito frente a la estación a lo largo de los siguientes nueve años de su vida y fueron las personas que acudían con frecuencia a la estación las que cuidaron de él durante ese largo periodo.

En abril de 1934 fue erigida una estatua en su honor en la estación de Shibuya y el propio Hachi estuvo presente el día que se inauguró. El 8 de marzo de 1935 fue encontrado muerto frente a la estación tras esperar infructuosamente durante nueve años. 

Este relato verídico ha sido argumento para la realización de sucesivas películas y programas de televisión. En agosto de 2009 fue estrenada una versión estadounidense de esta película, titulada Hachiko: a dog's story (Siempre a tu lado, Achiko). Protagonizada por el actor Richard Gere, trata la historia de Hachikō y su relación con el profesor, aunque la acción se desarrolla en Estados Unidos. La película fue filmada en Rhode Island, y también participan Joan Allen y Jason Alexander

Y esta ha sido mi fuente para completar el relato con la ayuda de la Wikipedia cuyas imágenes forman parte del artículo que completa la historia del perro. Para más amplia referencia acudir al siguiente enlace:


Imágenes tomadas de la red (Google)



miércoles, 10 de abril de 2013

PERDIDOS EN LA NIEVE

Mi amigo Chema tiene un especial carisma para contar aventuras del vivir, con el encanto y la medida de darlas la importancia de anécdotas jocosas, sin otra dimensión que la de aceptar serenamente los avatares que le depara cada día. Hubo una época en su vida laboral en que el viajar a su destino de trabajo era prácticamente una rutina permanente, cualquiera que fueran las circunstancias climatológicas que le condicionaran. Así que el invierno burgalés, crudo por naturaleza como suele ser tradicional, sirvió en una ocasión para acreditarle como esforzado "currante" contra viento y marea.


Es un relato apasionante que refleja el valor de ser joven, animoso y consecuente por encima de todo. Era jueves, ecuador de la semana, en un mes con especial empeño por convertir el tópico en realidad. Era el invierno de enero en una de las dos estaciones que el burgalés castizo acredita a la climatología burgalesa; la otra es la del ferrocarril. Aunque hacía un frío congelador de cuatro estrellas, la ciudad llamaba y mi amigo regresó a Burgos para pasar la tarde y acudir al ensayo en la Coral de Cámara “San Esteban” a la que, como es sabido, ambos pertenecemos y que, si está especialmente prestigiada es gracias a entregas incondicionales como la suya. Después del ensayo, es hora del solaz en cuadrilla y acude con amigos a disfrutar de la tertulia, la placidez de un lugar caliente y, todo hay que decirlo, de algún brebaje que estimule la temperatura y el caletre.


La noche avanza, el termómetro está por debajo de los sótanos ciudadanos y sus dos colegas y compañeros se plantean el momento de regresar al tajo del que han venido. “O ahora, o mañana”. Y la juventud del trío, estimulados con el calor del pub y algunos vapores añadidos, mezclado todo con generosas gotas de sentido del deber, decide montar en el R5 plateado y regresar ¡ya!, de inmediato, por si la nieve, que está amenazando inmisericorde, se les pone gris y les impide llegar a su destino. Total son cien kilómetros escasos…


Ancha es Castilla, el color plateado del vehículo rezuma bravura e inician la escapada al tajo. No sé a que viene, ―pobres canes―, pero todo el mundo en castellano suele llamar a las noches como esta, “de perros”.


Castilla sigue siendo ancha pero esta vez, además, blanca como la nieve, nunca mejor dicho. Al comienzo del viaje, parece que no será difícil la larga carrera hacia el destino aunque cubren los primeros cuarenta kilómetros entre incertidumbre y zozobra mal reprimidas. Ahora la nieve no se conforma con depositar sus cristales de hielo quietamente y mostrar su lado benéfico prometiendo bienes y cosechas. En realidad está airada y con ansias de castigar a los intrépidos por su imprudencia. Es ella, la cellisca, cruel y desconsiderada que les impide ver, discernir y continuar. Con semejante perspectiva, el valeroso Renault, con los últimos ¡chop! ¡chop! de impotencia, se niega al suicidio mecánico y se detiene superado ya el límite de Quintanilla de la Mata.



Se ha impuesto la cordura y es necesario encontrar una alternativa que les permita continuar viaje. Lo cosa no resulta sencilla dado el volumen de nieve que sigue acumulándose  y que los separa del destino. Pero la lámpara que ilumina a las mentes lúcidas en situaciones límite sigue encendida y se ponen en marcha para llegar a la estación del tren más próxima. Son las dos y media de una noche gris y siniestra y después de llegar al lugar les quedan cuatro horas hasta que acceden al vagón liberador que les llevará hasta Aranda de Duero.  


A las ocho de la mañana están frente el teclado de su ordenador, atendiendo a los clientes que acuden a la oficina para controlar “jayeres”, movimientos económicos y algún que otro reintegro para que la parienta vaya al mercado. A nadie le consta el abandono de la máquina que se negó a concluir el desatino, tampoco su aventura nocturna, ni sus cuitas en la nieve, ni su galopada camino del tren salvador… Están cumpliendo con su deber contra viento y marea y basta.


Termina la jornada y hay que regresar porque es viernes y la ciudad les espera con los brazos abiertos. Hay un voluntarioso que les regresa al punto y final de la galopada del R5 y llegan casi palpando la nieve que lo cubre todo. El área en la que buscan muestra una imagen desoladora de vehículos derrotados; camiones atravesados, utilitarios por las cunetas, lamentos compungidos con algún que otro exabrupto entrecortado y, entre todos ellos, la sufrida guardia civil tratando de poner un poco de orden en todo aquel maremagno. Nuestros amigos siguen buscando entre aquella amalgama sin hallar el vehículo que les traicionó y, finalmente, acuden a uno de los guardias con la inquietante pregunta. El hombre contesta con el índice mientras señala en la distancia un bulto apenas perceptible y que, corazón por corazón, parece reclamarlos su presencia.  



Doscientos metros largos les separan del R5 y curiosamente no parece hallarse en donde supuestamente lo dejaron en la humillante separación. Es un recorrido perpendicular a la autovía de la que se salieron, afortunadamente indemnes, por culpa de la cellisca que les empujó al desatino. El guardia mira al trío con aire socarrón y sonrisa de oreja a oreja, tratando de averiguar el por qué de semejante huida lejos del carril protector. Quizá intuye la pasada noche cargada de euforia y algún cafelito "acompañado" como causantes del extravío. De ahí la razón para su ironía.

 

Cuando llegan junto al vehículo, descubren que su tozudez para regresar a la carretera sin ayuda está más que justificada. No sólo hay nieve bajo sus pies. También barro y algún que otro pedrusco que se confabulan para impedir cualquier avance. Al final aparece providencialmente el abuelo tractor y les saca del apuro. En un par de horas consiguen respirar aliviados y relatan la anécdota como elemento a incluir en su peculiar currículo laboral.


   

domingo, 31 de marzo de 2013

EL JUDAS


Acabo de ver, con cierta inquietud, los resultados provisionales de una encuesta en marcha por la que se deduce un generalizado pesimismo entre los participantes a propósito del futuro de su pueblo. Tanto es así que un ochenta y seis por ciento auguran un devenir desalentador, frente a un escaso catorce por ciento que parece verlo más halagüeño.

Ayer, pude participar como espectador de una muestra cultural a la que acredito el valor de lo espectacular, tanto por el impecable desarrollo de todo el evento como por la excelente tarea de preparación y diseño previo que sin duda lo ha precedido. Una ingente cantidad de ciudadanos locales, que superaba los doscientos cincuenta participantes, pusieron un año más en escena la ya famosa quema de “El Judas” en la localidad de Villadiego.

A todo el desarrollo asistí entre perplejo y entusiasmado. Mi condición de oriundo y el afán por ser optimista, me permite llegar a la conclusión de que mi pueblo está entre ese reducido catorce por ciento que ayer puso otra pica en Flandes. Había mucha dedicación, mucho esfuerzo de programación y diseño y un evidente fervor por recuperar una tradición dormida que ha sido avivada con todo el esplendor de un trabajo bien hecho. Todo ello es impensable en una villa en trance de extinción. Así que cualquier valoración al caso no viene a cuento. Ese es mi entusiasmo.



A las seis de la tarde, con puntualidad encomiable, la plaza de la villa se llena de color y sones militares interpretados por la excelente Agrupación Musical del municipio. Es el impecable desfile de tropas que se alinean marcialmente delante de los soportales doblados a las órdenes del Rey; un numeroso grupo de miñones, no menos airosos, pertrechados con toda suerte de aperos y algunos trabucos prestos a ser utilizados en función del desenlace y, finalmente, otro grupo de aldeanos que llegan con el propósito de litigar en beneficio del Judas.





Son grupos de soldados de época, ataviados con exquisita galanura y fidelidad a los orígenes del uniforme; miñones a la gresca para reivindicar imposibles; pueblo llano unido en la defensa del traidor y un Judas cargado con los despropósitos y calamidades acumulados a lo largo del año en la villa son los protagonistas del contencioso que va a desencadenar una guerra sin cuartel para, finalmente, ser capturado, juzgado y castigado con todo el rigor.


Finalmente el Rey y sus cortesanos hacen acto de presencia, pasan revista a las tropas sin que puedan descubrir un sólo botón mal anudado e ignoran a los miñones que se sienten maltratados por el desaire y vociferan enfurecidos. Posteriormente, el cabecilla de estos últimos, plantea al monarca una serie de reivindicaciones que por peregrinas y descabelladas son definitivamente rechazadas. Y surge lo que parece inevitable; la declaración de guerra sin cuartel.


Los airados miñones y los aldeanos huyen y se atrincheran en el alto la Riba a la espera de un previsible ataque de las fuerzas reales que llegan tras ellos en perfecta formación. Tras un breve y último parlamento entre los disidentes y los ejércitos reales se desvanece un posible acuerdo y comienzan las hostilidades. De un lado, miñones y aldeanos defienden su posición en la cima del altozano; frente a ellos y al pie de la ladera se sitúan los dos ejércitos reales y comienza la batalla. Con bajas por ambos lados, los heridos, unos y otros, son valerosamente atendidos por el cuerpo de enfermeras entre el espectáculo dantesco de una batalla "real", con botes de humo y descargas de artificio que se hace presente con estrépito. Por último, entre tomas y dacas, el combate se inclina a favor del rey y el Judas es capturado y conducido a la Plaza Mayor en donde se ha de desarrollar el juicio Real y el veredicto definitivo.






El preso permanece en la mazmorra y protagonistas y visitantes disfrutan de la hospitalidad de la villa. Y, bajo los amplios soportales que cobijan a propios y forasteros de la renacida lluvia de los últimos días, consumen un excelente aperitivo en el que aparecen, cómo no, la exquisita morcilla local, el chorizo acuñado para la fiesta y el queso de la tierra regado todo con excelente vino tinto. Todo ello servido por las cantineras del evento bélico con la elegancia y el donaire propios de la mujer castellana.

Después del respiro gastronómico, se inicia el juicio. Con intervenciones de fiscal y defensa, coreadas con reprobaciones y gritos de injusticia por miñones y aldeanos, el veredicto de culpabilidad se firma y el reo será colgado y quemado en la hoguera a las veintiuna horas de la tarde. Llegado el momento, el monigote se convierte en ascuas y termina convertido en cenizas humeantes sobre las que los asistentes añaden grabados con imágenes del ajusticiado que estimulan el fuego de las últimas llamas.


Inmediatamente, en la plaza surge el sobresalto y bulle de entusiasmo. Desde todos los rincones aparecen personajes demoníacos rodeados de fuego y espanto que danzan por doquier y hacen las delicias de la concurrencia. Los fuegos de artificio, ubicados estratégicamente, se unen al pasmo y la plaza arde en color, explosiones y delirio. A ello se unen el redoble de tambores que completan “el infernal” epílogo del evento que, en un recorrido calle por calle y plaza por plaza de la villa siembran el desenfado, la alegría y la más atronadora perplejidad. Así dan fin a una representación que atrae a propios y extraños con el sabor de lo bien hecho. Un espectáculo, en fin, que rebela el valor del empeño, la tenacidad y el entusiasmo por una idea que dignifica a todos los protagonistas. Con estos ingredientes la villa en que nací tiene garantizado un espléndido futuro.




Mi más cordial enhorabuena a todos y cada uno de los participantes, cualquiera que sea su nivel de colaboración y, cómo no, a las autoridades que han sabido dar cauce a la inquietud de los vecinos por recuperar tan espectacular tradición.
Eduardo García (Vivi)





















martes, 19 de marzo de 2013

INMIGRACIÓN ORIENTAL

Supongo que no es difícil entender lo que significa para un maestro de escuela dedicar su actividad docente en estos azarosos tiempos educativos y considerar el fenómeno de la inmigración como un reto añadido a las muchas dificultades a superar. Porque iniciado el curso escolar y descubrir con cierta desazón la presencia de alumnos de varias etnias, lenguas y orígenes culturales distintos, significa un reto añadido a la cuestionada autoridad del profesor, sometido a las veleidades de la tolerancia mal interpretada, y, a menudo, al acoso más intolerante.

De cualquier manera, el maestro, autodidacta por vocación, siempre encontrará recursos y estrategias que le permitan salir airoso del lance. La experiencia real que voy a proponer ya no es novedad para ningún colega pero lo fue en la década de los primeros años noventa.



Dos niñas encantadoras con edades de nueve y once años acaban de llegar de China y figuran en la relación que la secretaría del centro proporciona a los tutores de cuarto y quinto curso de Primaria. Acaban de entrar por primera vez en el aula y el silencio, milagrosamente en esta ocasión, se apodera de la clase que las observa entre sorprendida y fascinada. Los ojos de las niñas muestran también una cierta perplejidad, no exenta de recelo, mientras se sienten contempladas a su pesar. Cada tutor, con la indecisión que supone recibir una alumna a la que ni siquiera los gestos son capaces de mostrar una elocuente reacción de bienvenida, inicia un proceso mental en busca del qué, cómo y cuándo de su especial cometido educador para con ellas. Porque las altas esferas ideológicas de la metodología y el diseño programático no habían contado aun con esta posibilidad, entretenidas siempre en la tarea de elaborar nuevos planes de estudio que anulen a los anteriores.

Es el maestro el primer eslabón del engranaje escolar el que habrá de resolver el problema en el que nadie ha pensado. Y con leyes y sin leyes seguirá siendo lo que siempre ha sido. Docente convicto que conoce los resortes del aprendizaje y sabe ser tradicional y utilizar la novedad cuando esta sea un complemento impreascindible.


Ambas chinitas necesitan integrarse en sus grupos con celeridad y para ello el manejo del idioma al que acaban de incorporarse ha de ponerse a su disposición de inmediato. La primera y principal de las fórmulas ya funciona en la relación con los niños de su clase que se convierten en camaradas y tutores coloquiales entusiasmados. En el seno del equipo directivo del centro, se arbitra la fórmula más acorde para proporcionar a las alumnas un contacto personal con el castellano. Y será el profesor de inglés quien acomode metodologías y estrategias, ya programadas para este idioma, que se prevén adecuadas para la nueva situación docente.


El material didáctico disponible se reduce a las denominadas “flash cards” y un nuevo sistema incorporado al aprendizaje del inglés, y habilitado para este caso, denominado TPR (Total Phisical Response – respuesta física total) que permite la interpretación y desarrollo de toda clase de instrucciones por parte del alumno. Con ello también manejan vocabulario integrado en frases sencillas que finalmente completan párrafos más amplios.

Curiosamente, ni siquiera en la embajada china disponen de un diccionario chino-español ni proporcionan referencia alguna para obtenerlo. Tampoco dicen conocer material didáctico que facilite la tarea de enseñar su idioma y no parece existir en aquel momento publicación o recurso que facilite la tarea. Finalmente, los contactos del profesor consiguen recibir de los Estados Unidos el anhelado diccionario, si bien como bilingüe chino-inglés/inglés-chino, lo cual es, al fin y al cabo, un alivio transitorio.

    
No obstante, el entusiasmo de las niñas se desborda e ilusionadas con su progreso consiguen en pocas semanas cierta soltura en la comunicación oral y las habilidades de lecto-escritura. Todo el primer trimestre del curso desemboca en un éxito que sorprende al profesor y que es el resultado del increíble interés que han mostrado en el aprendizaje. Tan es así, que en el acto festivo anual de la Navidad participan como dúo para cantar la más burgalesa de las canciones; los “Gigantones” salen de sus labios en un castellano perfecto y el abarrotado salón repleto de alumnos, gratamente sorprendidos, se incorpora a la interpretación, se añaden a ellas y el final termina con un estruendoso y multitudinario aplauso que las niñas reciben especialmente sorprendidas de tan inesperado éxito. 

El profesor que las atiende se ha hecho el firme propósito de conseguir que la erre sonora no sea el hándicap tradicional e insuperable de los orientales y los tres se proponen conseguir su correcta pronunciación. Y en pocos días sale la erre de perro, y de parra, y de carreta, y de rabo, y de roto...,  con una sonoridad que convierte su semblante en la imagen más elocuente y espontánea de su auto-confianza  El resto del curso escolar continúa mostrando nuevas aportaciones, -lúdicas siempre que el proceso de aprendizaje lo demande-, y, entre ellas, el manejo de los ordenadores se convierte en la máquina perfecta para asimilar conceptos gramaticales. El sistema facilita también la lectura comprensiva con textos y grabados que, a través de contenidos conocidos reproducen situaciones habituales del día a día, estimulan el aprendizaje y facilitan la comprensión.  

viernes, 15 de marzo de 2013

JOAQUÍN DÍAZ Y LA CORAL DE CÁMARA “SAN ESTEBAN”



El año 1978 inicié la más apasionante aventura musical con mi incorporación a la Coral de Cámara “SAN ESTEBAN” de Burgos. Era entonces un grupo coral con breve pero intensa trayectoria y un prestigio suficiente como para conseguir que Joaquín Díaz pusiera sus ojos y oídos en ella. La calidad interpretativa del grupo, en relación con la Música Renacentista (Siglos XV y XVI), y con especial referencia al compositor Juan del Enzina, significó para nuestro grupo que el músico y folclorista español llevara a cabo tres proyectos de grabación en los que tuve el honor y el placer de participar. De aquellas experiencias nacieron mi devoción por la música coral y los grandes compositores renacentistas junto mi especial admiración y respeto hacia el hombre que ha hecho posible el rescate de gran parte de nuestra cultura tradicional castellana en situación de olvido e incuria.

Vaya esta referencia en este blog como personal homenaje y muestra de la mucha estima y respeto que me merece su caballerosidad y su obra. 








El primero de ellos fue un LP monográfico dedicado al mencionado compositor poeta, músico y autor teatral del Prerrenacimiento español en la época de los Reyes Católicos. La grabación se llevó a cabo en el mes de abril de 1979 en el templo burgalés de San Nicolás con el título de MÚSICA CASTELLANA EN JUAN DEL ENZINA y fue la primera y especialmente grata experiencia. La segunda fue dedicada a ROMANCES DEL RENACIMIENTO y finalmente la última una recuperación de DOS MISAS TADICIONALES (Misa de Pastores y Misa de Simeón). Las tres dirigidas por Juan José Rodríguez Villarroel y producidas por Joaquín Díaz. 



Imágenes durante la grabación del primer LP monográfico (Abril 1979)

De aquella experiencia surgió un relación de mutua amistad fruto de la admiración, respeto y estima que suscitó su carácter cercano y afable. De manera que cualquier acto de reconocimiento a su labor como músico folclorista español, significa para todos nosotros un especial motivo de alegría y orgullo. Para su ingente obra dedicada al estudio y divulgación de la cultura tradicional, especialmente de la comunidad de Castilla y León, es una referencia definitiva para el estudio y disfrute de toda suerte de tradiciones que configuran el acervo tradicional de la región. 

En la actualidad es Catedrático de Estudios de la Tradición en la Universidad de Valladolid y académico de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción, con sede en Valladolid, de la que fue presidente. 

En el año 2005, fue nombrado doctor Honoris Causa por la Universidad de Valladolid. En el año 2008 recibió el Premio de Honor a toda una vida de la Academia de la Música en España. El pasado día 10 de Noviembre de 2012 recibió en la localidad de Villadiego (Burgos) LA CALZA que la Asociación Cultural de la villa "LAS CALZAS" otorga a las personas que se hayan distinguido por su labor Cultural, Científica o Social.

Finalmente, el pasado sábado 16 de marzo/2013 El Comité de Folclore Ciudad de Burgos entregó al folclorista zamorano el Premio Nacional "Federico Olmeda de las Artes Tradicionales", con emotivo acto celebrado en el antiguo Conservatorio de Música de Las Bernardas  de Burgos.
Eduardo García Saiz

ZODIAC

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