jueves, 4 de febrero de 2016

PARA ALICIA

“…Y los bajos tuvieron su reunión…!

A nuestra entrañable Alicia con especial respeto, admiración y el cariño más profundo.
Coral de Cámara "San Esteban"



            El pasado concierto en Belorado marcó un hito en algunos coralistas impresionables y, de entre todas ellos, en la cuerda de los bajos.
― ¡Qué éxito, tío!
― ¡Y como sonó!
― ¡Que auditorio! (tampoco hay que exagerar)
― ¡Qué trufas!
― ¡De Rvda. Madre!
― ¿Y lo de Alicia?
―¡¡¡Inconmensurable!!!
― ¿Y, si un día se nos va?
―¡¡¡Imposible!!! Gritaron todos como a quien le pisan el más protegido de sus callos reventones.
Había que oír a estas mentes calenturientas después de la misa dominical en San Nicolás. Mejor dicho, después de la tercera ronda de tintos en "Maneli". En fin que, entre estos comentarios y la alegría del Ribera en el cuerpo, no quedó más remedio que convocar, por fin y con carácter de urgencia, la tan reiterada reunión de bajos. Era preciso eliminar, atajar o cuando menos prevenir la posibilidad de una ausencia definitiva de la solista.
― ¡Hay que hacer algo para impedirlo por si algún día le da un mal aire a la chica!, dijo Sisi.
― ¡Hay que convocar una reunión de bajos, remató “El Figuras”!
― ¿Cuándo?, ¿Cómo? ¿Dónde? Remacharon al unísono los barítonos presentes.
― ¡Y que sea secreta!, apostilló Chema Melchor.
― ¡Y el lugar que sea secreto también!, añadió Adrián.
― ¡Pero coño! Aclaró Gonzalo, ¿cómo vamos a reunirnos si no sabemos donde? …¡Te jode!...
― Bueno, haya paz, dijo Sisi. Nos reuniremos en el taller de chapa y pintura de mi centro, durante una clase práctica para garantizar el despiste.
―“Pero Sisi”, dijo Eduardo, “¡con tantas mazas vapuleando carrocerías no habrá quien se entienda!”
―“No te preocupes Edu, pondremos “guata” acolchando los martillos y así podremos entendernos”
En fin, terminadas las sucesivas rondas de tintos se llegó a un acuerdo razonable. La reunión se celebraría, como procedente por vinculación, a la vera del nogal de la huerta parroquial. Antes se desestimó una propuesta de Santiago que, aun siendo coherente con el principio de reunión secreta acordada para la reunión, no pareció adecuada por obvias razones de limitación. Estimaba el bajo que podía llevarse a cabo en el interior del confesionario de Oscar, por aquello de obligarse en el secreto de confesión, pero como queda dicho, por no haber en el compartimiento, no hay ni sillas para los once esperados.
 La cosa era necesaria y además urgente. Había que buscar una solución al imprevisible más adelante de la ausencia de Alicia en nuestras huestes. Ahora que, gracias a ella, hasta firmamos autógrafos al final de cada concierto; ahora que nos sentimos transportados al séptimo cielo cada vez que inunda con su voz cualquier recinto por cutre que sea; ahora, en fin, que hemos alcanzado la gloria de su mano, qué haríamos si el futuro la obligara a abandonar el hogar común. Y así fue como se produjo la reunión de la cuerda con un único orden del día. Buscar una suplente para el hipotético e impensable caso de que Alicia se nos fuera de la Coral.
Abierta la sesión siendo presidente Emilio ―un generoso abdomen da prestigio a cualquier presidencia― con Manolo de secretario y la cuerda al completo, el lunes 23 de diciembre de 2002, a media tarde, y después del orujo y el turrón blando, dio comienzo la sesión. Se fijaron los límites de las intervenciones y se insistió en la necesidad de respetar los turnos, no apabullar en ningún caso al contrario y, como especial propuesta de Manolo, “con la estufa puesta” por lo del clima.
Con estas premisas se inició el turno de intervenciones concediendo el Sr. Presidente la palabra a Fernando, por ser la suya la primera mano en pedir permiso para evacuar. Expuso el bajo su criterio apuntando como la mejor solución para cubrir con garantías la nunca deseada vacante, acudir a la búsqueda de candidatas entre el mundo de la inmigración: búlgaras, eslavas, checas, rumanas, letonas…
― ¡Eso, eso, tetonas! Gritaron todos a coro.
― ¡He dicho letonas, pánfilos!...
―…porque todas son mujeres de voz exquisita y de finura inigualable, continuó Fernando. Sobre todo maestras en los finales quedos, suaves, delicados, apenas perceptibles… De esos que encandilen auditorios, remató.
―Y podemos hacer la selección como en Operación Triunfo, dijo Jesús.
―Eso, y que las candidatas se presenten ligeritas, dijo Adrián muy oportuno.
―Ya empezamos con chorradas, dijo Gonzalo. ¿Qué estamos buscando, voces o globos? Tú, ¡a callar!
Retomó la palabra Fernando para insistir: …qué empastes, que finales, que…
― ¡Qué coño! Dijo Chema. ¿De donde sacamos nosotros un puesto de trabajo fijo que es lo que buscan estas chicas?
― Pues hombre, podríamos ponerlas de recogepelotas, se arriesgó a proponer  Adrián.
― Hombre, eso era posible antes, cuando tu padre jugaba al tenis pero ya no juega, dijo Sisinio.
― No, si no me refiero a esas. Me refiero a las de los coralistas del setenta y dos que empiezan ya a tenerlas algo cailonas.
Jamás lo hubiera dicho el chaval. Con una mirada de esas que infunden terror, se dirigió a él Gonzalo conminándole a reconsiderar su comentario mientras echaba mano a la hebilla de su cinturón ―nunca sabremos si para mostrar el perfecto estado de sus atributos o si para sacudirle al sobrino unos cuantos cintarazos―.  ¡O retiras de inmediato tamaña ofensa, dijo, o te vas desterrado de por vida a la Coral Vocea! De modo que ante tan deplorable alternativa, al pobre Adrián no le quedó más remedio que hacer un discreto mutis y marcha atrás.   
Se me ocurre, dijo un tanto trémulo el Presidente a la vista del último rifirrafe, que en el mundo de la banca tengo compañeras… “Y yo”, dijeron Chema, Gonzalo y Fernando al unísono. “Pero ni se os ocurra porque si mal cuadran un balance de gestación, cómo coño van a cuadrar un pentagrama”. “Además, por la Coral ha pasado ya toda la nómina de varones de Caja Burgos y ya vale”.
Estaba yo pensando, intervino Gonzalo, que acaso entre la gente de la provincia… Conozco una moza casadera en mi pueblo… ¡Estás loco!, le cortaron en seco; con esos melismas pueblerinos que cabrean a Juan cada vez que se les escapa un quejumbroso altibajo a sopranos y contraltos, y tú quieres meter en la Coral a una chica sin desbrozar corcheas…
Así fue discurriendo la reunión, entre propuestas a cual más desafortunadas. Algunas incluso rayaban en el delito como la de quien se le ocurrió un secuestro selectivo en las huestes de la competencia ―demasiado riesgo y escasa garantía―. También se propusieron grabaciones en “play back” para que cualquiera de los presentes, adecuadamente camuflado, pudiera interpretar los inigualables solos de Alicia. Así, Emilio resultaba demasiado voluminoso y daría el cante; Manolo excesivamente alto y peludo; Eduardo, pequeño y culibajo; Gonzalo y Sisi, emparentados con la dirección del ente, podían incurrir en prevaricación o cohecho; Jesús y Santiago casos perdidos para la depilación… Sólo Fernando y Chema Melchor tenían un tufillo prometedor, puesto ya de manifiesto en extemporáneas interpretaciones avemarianas y en contados eventos coyunturales. Pero se opusieron en redondo porque una cosa era emular a la soprano y otra muy distinta convertirse en travestís depilados con lo que duele. En fin, que la reunión comenzó a languidecer entre bostezos y yo me marcho que me espera Celia, hasta que el secretario, tenso y solemne, impuso silencio e hizo oír su voz con una propuesta insólita cuyo preámbulo dejó perplejos a todos.
Sin duda, dijo, todos tenéis conocimiento de los famosísimos “castratos”, varones que mediante una sencilla intervención, en salva sea la parte,  mantenían a lo largo de su vida la envidiable voz de contratenor. Pues bien. Ahí tenemos la solución definitiva servida en bandeja. Hay que fabricar un castrato.
El silencio sepulcral que produjo tal propuesta y las sonrisas maliciosas de algunos presentes convirtieron en presagio peligroso lo que hasta aquel momento se había desarrollado con alboroto, ciertamente, pero aun así con cierta ecuanimidad. Castrato. ¿Quién? Y todos miraron a su izquierda como si estuvieran en la sala de ensayos.
―”No, por favor”, exclamó alarmada una de las voces sensatas de la concurrencia. “Con los tenores, nuestros enemigos naturales, se puede hacer cualquier cosa a escala de fogueo, pero disparos con fuego real, jamás”.
El discrepante salió indemne gracias a la intervención del Presidente que impuso cordura a la concurrencia, pero a punto estuvo el hombre de terminar tullido.
― ¡Ninguna concesión al enemigo! Gritó desaforada la masa enardecida.
― ¡Castremos a todos y nos sobrarán tiples de por vida! Dijo una voz agazapada.
― ¡No seas bestia! Dijo Santiago. Resolveríamos el problema de Alicia pero crearemos el vacío de una cuerda completa. Hay que elegir a uno. A lo sumo dos para quita y pon.
Y surgió el desmadre oral, los gritos estentóreos y la más imprudente de las alteraciones de orden público en ámbito rectoral. Entre aquel ruido ensordecedor, el Presidente puso en pie su humanidad y terció autoritario.
― ¡O elegimos un candidato entre los tenores o lo echamos a suerte entre los presentes, aquí y ahora!
El silencio fue inmediato y todos se miraron el bajo vientre como quien contempla un par de diamantes de quinientos quilates.
― Bien, bien, ya veo que hay quorum, concluyo Emilio ante el más que evidente asentimiento. Así que decidamos qué tenor será el “castrato”.
― ¡Estrategias! ¡Necesitamos estrategias y disciplina para proceder!, apuntó Melchor.
― ¡No señor! ¡Primero hay que elegir al candidato y luego señalar las estrategias! Apostilló Fernando.
― ¡Perfil! ¡Hay que elegir una silueta aproximada a la elegancia y juventud de Alicia! Añadió Manolo.
― ¡Entonces no hay candidato porque todos están o demasiado gordos, o demasiado calvos o con ojeras de dormir poco por culpa de las guarradas del interné! Remató Gonzalo.
― ¡Pues si no hay candidato posible entre los tenores escogeremos a una contralto!, se dejó oír una voz poco informada.
― ¡Ignorante, los “castratos” tienen que ser varones! Le replicó Fernando airado.
Al fin, después de meditar a fondo, se llegó a la conclusión definitiva; sería aquel cuya aproximación a la silueta de Alicia diera el más digno perfil de su persona. Con unos toques de adecuada cirugía estética, unos implantes discretos con silicona, un depilado facial a fondo y un postizo clónico de la cabellera de la soprano se completaría la imagen definitiva. Pero, ¿quién? Contra lo que pueda parecer, no es que no hubiera candidatos, ni que los bajos hubieran renunciado a buscar una solución al problema en este campo. Es que llegó Oscar en el preciso momento de las voces más airadas y después de descubrir el tema que se estaba tratando, cogió el más grande de los hisopos que se custodian en el Museo del Retablo y esgrimiéndolo con decisión conminó a la concurrencia para que abandonase de inmediato el recinto a la voz de: ¡Macarras fuera! ¡Estáis convirtiendo el huerto en un inmundo patio de lenguaraces!
Y así, con estos gritos y con la sagrada amenaza en la mano consiguió evitar lo que a punto estuvo de convertirse en un presumible delito consumado de secuestro, poda testicular y motín de bajos en paro.    


       Burgos, 26 Diciembre 2005
Eduardo García Saiz


Hoy Alicia goza de una merecidísima fama, a escala universal, como incuestionable soprano capaz de levantar de sus asientos a los más exigentes melómanos con su sola presencia ante el auditorio. Vaya para ella mi más cariñoso homenaje con las precedentes líneas, entre frívolas y fervorosas, que me brotaron con el mayor de los entusiasmos en aquel memorable concierto interpretado en la capilla del Monasterio de Santa Clara de Belorado.
Eduardo

domingo, 29 de noviembre de 2015

UNA

UN RESCATE CON CORAZÓN



«UNA»

La perrita apenas tiene una decena de meses y, mal que bien, ha sobrevivido a una lamentable experiencia de abandono que, afortunadamente, ha terminado en el mejor de los desenlaces. Recogida por quien había descubierto su desamparo y deseaba recuperarla, terminó en las manos de quien, ante la presencia del lamentable deterioro que mostraba el animal, puso los ojos y el corazón en tanto infortunio y un impulso de ternura la empujo a decidir que la imagen desoladora de aquel cuerpecito destrozado sería su inmediato empeño recuperador. Así es como la perrita fue acogida en casa de mi amiga Elena y, en ella, con los cuidados sanitarios y el cariño que el animal ha recibido a manos llenas, disfruta de las ansias del vivir y se ha recuperado de tanto quebrando. El tiempo y las atenciones veterinarias juegan a favor de ambos y el animal restablecido se convierte en la compañera incuestionable de quien, cuando gira la llave de la puerta de regreso al hogar, disfruta a diario de la más espontánea y cariñosa de las bienvenidas. Siempre con la alegría habitual y el espectacular patinazo por el pasillo de la vivienda, aparece a la puerta con la mirada y el alma puestas en su protectora a la que muestra su vigor restablecido, las evidentes muestras de cariño y la incuestionable fidelidad.

En los momentos de libertad a pleno pulmón, corretea de un lado para otro como para agradecer la vida que le ha sido rescatada. Hasta que aparecen revoloteando los ánades que frecuentan el río y se convierten en su objetivo lúdico por excelencia. Corre y casi vuela tras ellas y tal parece que unas y otra hayan establecido un pacto de no agresión, porque ni ellos parecen concederle relevancia alguna ni ella consigue otra cosa que mostrar su fogosidad restablecida. 

Sin embargo su condición de cazadora atávica, no le abandona nunca y ello ha permitido demostrar que lo que viene en los genes no siempre se puede combatir con disciplina. Porque, efectivamente, aun siendo obediente hubo ocasión en que campó tan libre y estimulada  por sus impulsos cazadores que remató una correría en libertad y a campo abierto, con la captura de un conejo con el que apareció atrapado entre sus dientes. La perplejidad producida con semejante proeza fue tan inesperada como sorprendente y, es probable que la perrita, coleando orgullosa de su habilidad, mostrara su mirada inquisidora ante el regocijo y la sorpresa de quienes la contemplaban con asombro, como a la espera de un veredicto y una palmadita en el lomo.

Una ya es un ser capaz de aceptar buenas maneras sin perder nunca su condición atávica de animal avisado. En alguna ocasión, cuando sus trastornos digestivos se le hacen especialmente agudos ―con absoluta discreción y en el momento adecuado― acude a la automedicación y resuelve sus problemas sin encomendarse a consultas veterinarias previas. Y es una planta que adorna el cuarto de estar, previamente seleccionada de entre varias, la que termina en sus fauces dejando descabezado al tiesto y, en poco tiempo, repuesto el vientre. Tampoco es agobiante y mucho menos escandalosa. Experta en gastronomía canina, cada vez que vuelve de sus paseos diarios, acude de inmediato a la cocina con la intención de comprobar lo que se guisa en las sartenes. Parece que ese movimiento culinario la inclina a pensar en la  dieta canina que pronto va a recibir.

Y esta es la pequeña historia de un animal que, amparado con los valores humanos de la generosidad y el cariño, ha generado la admiración y respeto de quienes conocemos el saber hacer y la generosidad que es principio de nuestra amiga Elena.
Burgos 29 noviembre 2015
E.G.S.

lunes, 23 de noviembre de 2015

THANKSGIVING - Acción de gracias


Indios Wampanoag







Llegada del Myflower

 
 







El origen de Acción de Gracias se remonta al año 1620 con la llegada del Mayflower, un barco con más de 100 colonos ingleses que cruzaron el Atlántico para instalarse en el Nuevo Mundo. Este grupo de colonos tenían fuertes convicciones religiosas, aunque se oponían a las creencias de la iglesia anglicana y al final tuvo que emprender la travesía del océano para escapar de la horca. Los peregrinos se instalaron en el que es ahora el actual Estado de Massachussets, concretamente en la histórica colonia de Plymouth Rock. Su primer invierno en el Nuevo Mundo americano fue duro ya que apenas tenían conocimiento de como subsistir. De hecho pasaron hambre y frío y más de la mitad de los colonos perdieron la vida. En la primavera siguiente, los indios Wampanoag se ofrecieron a ayudarles por lo que de ellos aprendieron a sembrar maíz, planta que hasta entonces desconocían. Los indios les enseñaron también a cultivar otros alimentos, a cazar y a pescar.

En el otoño de 1621 fueron recolectadas abundantes cosechas de grano, cebada, frijoles y calabazas y por ello los colonos hicieron una gran celebración y como muestra de agradecimiento religioso organizaron un festín, que los americanos nombraron históricamente como The America’s First Thanksgiving. En esta fiesta los colonos invitaron al Gran Jefe y a 90 indios de su tribu Wampanoag. Los indios llevaron carne de ciervo para ser asada y pavos, mientras que los colonos habían aprendido cómo cocinar los arándanos y prepararon las diferentes clases de grano sobre vajillas desconocidas para los indígenas.

Click en el siguiente enlace:
https://drive.google.com/file/d/0B__MJePvPzjsNWNIa2RoeW4xbEE/view?usp=sharing

viernes, 20 de noviembre de 2015

EMPRENDEDORES

DIEGO CUASANTE, ORGULLO DE LA FAMILIA
LOS MEJORES DE LA PROMOCIÓN. Los proyectos Atlas Innovative
Engineering y Smart Rural SLL, de Diego Causante y Sergio Rodríguez,
respectivamente, fueron elegidos como los mejores de la VII edición de la
Aceleradora ADE 2020. El presidente de CLH explicó que un grupo de
expertos elige las ideas más originales y que más éxito pueden tener en el
mercado para otorgarles este premio.

jueves, 20 de agosto de 2015

MOLINOS DE DUERO, UN LUGAR DE ENSUEÑO

El vivir, aunque sean los menos, está sembrado de momentos gratos y de espacios para el ensueño y el placer de disfrutar de las cosas sencillas. Una familia al completo, encuentra un lugar en el que las estrellas tintinean cada noche y las lágrimas de San Lorenzo, entre raudos resplandores, llenan de gozo el ánimo. Mientras, el Sol duerme y se despereza al amanecer para llenar el día de calor y promesas...  Es Molinos de Duero un pueblo entre pinares bordeado por este río ilustre en el que la familia ha llenado sus días de ocio veraniego y en el que todo es posible…Sobre todo el encanto de lo desconocido

El frescor de la mañana surge entre nubes de saludo que se disipan a la hora del baño en playa Pita; bulliciosos paseos en bicicleta con que los nietos recorren, una y otra vez, cada rincón de la villa, acogedora y serena, pedaleando mañana y tarde; un almuerzo en familia al deleite de una brasas en el hogar, que recuerda otros tiempos y otras vidas, se convierte en tiempo de alegre convivencia; un sestear despiertos, hasta que la brisa adorna la tarde para recorrerla en busca de aventuras e historia… Así, hemos llegado a Vinuesa, cultura de los castros sorianos, Calatañazor de moros y cristianos, Salduero y Covaleda en fiestas y Soria trashumante, son muestras de la Castilla recia, aupada entre pinares a los que los sorianos cuidan y aman con el cariño de padres… Estas son nuestras metas.

Los más audaces de la familia, ocupan una tarde en ascender entre atajos y quebradas a las peñas que mantienen el linaje del Duero, padre de aguas castellanas camino del Atlántico, en donde terminan reposando juntas desde siglos. Ha sido dura la caminata porque sólo vale lo que cuesta y ésta ha sido la confirmación. Una fuente tan acogedora y clara como palabra honrada, nos recibe y nos regala su frescor. Saciamos nuestra sed y empeño y, con las fuerzas al límite, aplazamos definitivamente el último empujón hacía los picos, donde el nacimiento del río nos espera impaciente, porque la hora, los nietos y el bosque nos imponen prudencia.

De nuevo, la Naturaleza y el día nos arrastran para llegar a la laguna Negra de Antonio Machado y los Alvargonzález. El arribo ha sido cómodo y el espectáculo emocionante, no en vano a su belleza se une la fama de la conocida tragedia familiar y su misteriosa leyenda.

Y llega el gran día; son los Picos de Urbión y su empinada cima los que seducen a los tres “montañeros”: Gerardo, mi estimado sobrino, guía firme y decido, nos llevará hasta la cumbre; el yerno, Tomás, amante convicto de la Naturaleza y, entre ambos, el limitado vigor del abuelo. Después de un incesante caminar sobre la ancha senda, entre tortuosa y con resabios de torrentera, culminan su viaje a los pies del pico. El abuelo observa medroso la cumbre porque queda lejana y parece inalcanzable, pero un impulso entre intrépido y animoso le empuja a culminar la tarea y plantar sus reales en aquella cima. Entre riscos modelados por el inclemente clima asciende dispuesto a dar fin a su sueño. La mirada, el ánimo y las manos de Gerardo y Tomás son como garfios que acuden al menor traspiés y, al fin, con su puntual ayuda, bajo la humanidad del septuagenario adolescente, reposan los dos mil doscientos veintiocho metros de altura de la cumbre conquistada. Pronto contará lo que vio desde aquel trono pétreo en el que se sienta rebosante de euforia frente al majestuoso espectáculo que le ofrecen cumbres, valles, cañadas, villas, lagunas... Tanta belleza casi aturde...

Para terminar la hazaña, descendemos hasta la fuente principal del Duero que está especialmente concurrida…, sed, sed, sed, sed, sed, sed, hambre, euforia, entusiasmo, asombro son los recuerdos emocionados de un momento esperado mil veces. Saciado todo con prudencia se impone un razonable descanso y, tras él, descendemos. No será posible el olvido de tan entrañable entorno... Tampoco de las excursiones ni de las veladas compartidas en familia, ni la gran fiesta del XXIII encuentro de las casas rurales sorianas en Molinos, ni del calor humano en la vivienda rural «El último carretero» que nos acogió con los brazos abiertos y el hogar impaciente…

No. No me será posible olvidar tantas emociones…   
                                                                                                                      Eduardo García Saiz
Burgos, Agosto 2015





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viernes, 14 de agosto de 2015

LA CABALGATA DE FIESTAS. AGOSTO 2015

Preparados, listos y, la fiesta comienza con un espectacular desfile de carrozas, belleza, color y alegría... 
Este es mi pueblo...



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viernes, 31 de julio de 2015

EL CARRIL BICI Y EL "PEPE"

No. No se trata de un amigo de la infancia ni del bar de la esquina, ni siquiera de aquel famoso Pepe Botella que nos endilgó a los españoles el ínclito Napoleón. Se trata de un chupete de niño rodando perdido sobre el carril bici con grave riesgo de contencioso entre mamá y bebé. Porque, un servidor, con alguna experiencia en la crianza de nietos, sabe lo que significa un chupete navegando sobre las tranquilas aguas del Vena, a su paso por la avenida de los Reyes Católicos burgalesa. Lugar, por otro lado, poblado de ánades a la espera del condumio diario en forma de corruscos de pan viejo. Cuando estos caen sobre las aguas, desmenuzados y en momento oportuno, se convierten en objeto de carreras y aleteos de los pájaros, ávidos del menú que con frecuencia suele llegarles de las manos de abuelos y nietos.

Y este es el momento del pasmo y la euforia de los pequeños; con tanto entusiasmo y la cabeza sobre la valla de protección del cauce, el entusiasmo se convierte en exclamación y con ella, abierta la boquita, el chupete cae al río. Los dos abuelos hubieran deseado ser tan veloces como el remedo del pezón, para detenerlo en su caída, porque al encanto de la pequeña con las aves en alborotado trasiego, le siguió de inmediato un desconsolado llorar y, con él, la congoja incontrolada de ambos. De nada sirvió el nuevo que compraron al instante porque, ni convertido en miel sobre hojuelas ni embadurnado de azúcar, fue posible detener el desencanto. El Pepe era el Pepe, con nombre propio y regusto de sueños y gimoteos reposados; nada que ver con el advenedizo que ignoraba mañas, suavidad, ternuras… Al final el tiempo lo curó todo y pronto se inició el abandono paulatino de un sucedáneo condenado irremediablemente a desaparecer…

¿Qué que tiene todo esto que ver con el carril bici? Pues tiene que ver con el sosegado caminar de una madre con dos pequeños, uno de ellos bebé en su mullido carrito saboreando entre sueños un «Pepe», que el descontrol ha dejado caer en la ruta sin que la mamá lo advirtiera. Al verlo sobre el firme, lo he cogido para entregárselo a sabiendas de que acaso su pérdida pudiera dar lugar a la repetición de un episodio semejante al que sorprendió aquel día a los dos abuelos. 


Así remedando a los «boy scouts», ésta ha sido mi obra buena del día que, he de constatar, ha recibido el agradecimiento más cordial de la mamá, consciente, como yo, de la pequeña tragedia que hubiera significado la pérdida definitiva. 
2015-07-27
EGS

domingo, 12 de julio de 2015

¿ES USTED FELIZ?


Hoy tocaba hablar de la felicidad en la sección dedicada a los escuchantes del programa «Más de Uno» de Onda Cero y, como suele ser lo habitual, se ha desarrollado con una variada y muy personal interpretación de las respuestas. Desde quien se consideraba muy feliz de poder contar cada día sin ningún rasguño patológico, hasta quien lo era por disfrutar de su libertad sin trabas autoritarias de ningún tipo. Había quién ante una encuesta catastrófica no encontraba nada digno para sonreír a la vida ―desempleo, terrorismo, vandalismo, maltrato, corrupción y hasta algún vecino quisquilloso…― y, sin embargo, contestaba a la pregunta clave sobre su felicidad personal confirmando que era completamente feliz; masoquista puro, vaya.

En cuanto a mi humilde condición de celtíbero convicto, hecho de experiencias y tradiciones coloquiales acerca del tema, recordé algunos dichos que pueden contribuir a clarificar semejante estado emocional.

El primero, tiene que ver con la época ―años cincuenta preferentemente― en que las botas de piel de novillo en invierno y las alpargatas de cáñamo en verano eran el calzado invariable en las estaciones del frío y el calor. Sin embargo, muy de tarde en tarde, ambas prendas sufrían la competencia desleal de unos zapatos nuevos y con lo que se experimentaba el disfrute felicísimo de tan insólita novedad. Generalmente tenía que ver con alguna buena razón, como podía serlo el celebrar la primera comunión o acudir a la boda de algún pariente, así que con tal motivo se confirmaba el dicho de «está más feliz que un chico con zapatos nuevos», que convertía al protagonista en el más encantado de los mortales aunque sólo fuera temporalmente.

Chico austriaco recibe unos zapatos nuevos 
durante la II guerra mundial (la expresión de felicidad) (Imagen de Google)

Hay otra referencia al caso, aunque nadie la haya recordado porque se trataba de un anuncio en la radio local y que sirvió de reclamo radiofónico en el Burgos de los años cincuenta. El locutor, supongo que con amplia sonrisa de hombre encantado de la vida, repetía tozudo a diario lo de «soy feliz porque me viste Ortiz» refiriéndose al habilidoso sastre en corte y confección que por aquellos años cincuenta disfrutaba de reconocida fama en la ciudad.

Dos muestras concluyentes que confirman el valor de la apariencia en el vestir y calzar, que etiquetaban a quien iba vestido con tan afortunados atuendos como el satisfecho mortal "mudado de tiros largos» que disfrutaba así de la felicidad más absoluta.  

sábado, 4 de julio de 2015

PALABRAS CON ABOLENGO


ZARABALLO

Trozo grande de pan.
"Vaya zaraballo que te vas a apretar p'almorzar, va bien inflao de chorizos fritos".





GUARIN
- Último lechón de una lechigada

- Pastor de mulas y asnos en Villadiego (Burgos) y comarca.

GAZUZA
- Hambre fuera de control.

jueves, 25 de junio de 2015

FRASES LAPIDARIAS



Recelo de la gente a la que 
no le gustan los perros, pero me fío de un 
perro al que no le gusta una persona


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Hay dos cosas infinitas; el Universo y la estupidez humana. 
De la primera no estoy seguro









El humor es propio del hombre magnánimo
(Aristóteles)



miércoles, 24 de junio de 2015

MI LUGAR FAVORITO

MI NIETA JIMENA Y VILLADIEGO

Como tantos españoles en la «diáspora», una parte de mi familia vive, trabaja, disfruta y sueña al otro lado del Atlántico, en una población de la costa Este de los Estados Unidos. Es sólo durante las vacaciones del verano cuando nos reunimos de nuevo para disfrutar de la mutua compañía, porque de los avatares del vivir diario se encarga Internet que nos tiene en contacto permanente.  

Incluso desde la inmediatez de los contactos se encarga el WhatsApp ese al que sólo le falta remitirnos algún hot-dog (perrito caliente) con mucha ketchup. Pues bien; en uno de estos mensajes, hemos recibido algo que a mí me llena de satisfacción y orgullo porque Jimena ha hecho un trabajo escolar del que adjunto algunas imágenes que me emocionan de manera muy especial.

Se trataba de mostrar lo más interesante del país de los orígenes que habían de realizar todos los compañeros y ella hizo el suyo sobre España. Incluso, para ser más precisa y contemplar un lugar español de su preferencia, eligió el pueblo en que nació su abuelo, un servidor, como el lugar para el que guarda sus mejores estimas. A continuación confirmo lo dicho en las siguientes imágenes:








Imagen de la Plaza Mayor en plenas fiestas






MI LUGAR FAVORITO

Gente,

Mucha gente.
Miro a un lado y a otro,
Personas bailando,
Luces de colores.
Ni una sola persona que se sienta,
Todo el mundo está bailando
Incluso yo!

Este es mi lugar favorito


¡¡¡Gracias, Jimena!!!



Jimena, la primera a la izquierda con los compañeros de clase







miércoles, 29 de abril de 2015

EL CANICHE Y EL ALZHEIMER

Nadie sabe si los perros van al cielo pero, en este caso, es seguro que el cielo ha enviado uno a la residencia de ancianos con Alzheimer




viernes, 24 de abril de 2015

SPANGLISH CON ALEVOSÍA

Albergue de peregrinos situado en la calle Fernán González de Burgos

Es el segundo día de la temporada en el que dedico mi pedaleo por el carril bici, agradeciendo al sol su estímulo para recuperar algunos centímetros de mi agobiado cinturón.

Así caminaba felizmente cuando la presencia de un peregrino de aspecto venerable, cargado con una discreta mochila a la espalda, se paró ante mí para pedir información. La mirada azul en el rostro tostado por el aire y el sol del camino; la espesa y cuidada barba blanca que le acredita dignidad; el sombrero gris anudado al cuello y la indiscutible estampa de peregrino bien pertrechado, le convierten en un interlocutor amable después de dirigirse a mi en inglés. Camina erguido y en su imagen se adivina decisión y empeño. Necesita ayuda para situarse en el centro de la ciudad ―estamos en la avenida de Castilla y León― y sin duda localizar algún albergue en el que poder descansar.

En estas estamos ambos, yo tratando de responder a su pregunta y él de escuchar mi orientación, al tiempo que un peatón próximo a nuestro coloquio, se nos ha acercado para interrumpir y responder a la pregunta que ha deducido más que escuchado en términos de «espanglish macarrónico»; vaya usted a Street Fernán González, repite una y otra vez con machacona insistencia. El peregrino se muestra confuso y yo perplejo porque ni él ni yo contábamos con semejante irrupción. Es obvio que el propósito del hombre  es situar al peregrino en la más que famosa calle, entre quienes como él acuden a diario para hallar acogida en el albergue allí abierto. Así que, admitida su bienintencionada aportación y destruida mi oportunidad de una breve y serena charla con el hombre, al fin, me atrevo a interrumpir y decirle lo más adecuado que se me ocurre para aproximarle al anhelado destino.  

Con el mejor de mis gestos amables y el deseo de que disfrute de un buen camino, le digo  ―«Go straight and after ten minutes ask someone else» (siga hacia delante y diez minutos más tarde pregunte a alguien de nuevo) al tiempo que alargo mi brazo derecho en la dirección sugerida.

Inmediatamente, nuestro héroe reemprende el camino y yo sigo lamentando entre mis adentros la interrupción de mi empeño coloquial y el recuerdo de los casi veinte años en contacto académico y docente para enseñar inglés a los chicos que, sin ellos saberlo, han sido mis mejores profesores de inglés gracias a sus afanes por aprenderlo.

EGS
14-04-2015

jueves, 23 de abril de 2015

DEL BESUQUEO Y OTRAS EFUSIONES



Hace algún tiempo que mi afición por la radio me pone en contacto con tertulias que siempre aportan suficiente enjundia para provocar algún que otro soliloquio mental. Y hoy ha sido en el programa NO ES UN DÍA CUALQUIERA que dirige, con especial habilidad y criterio, la locutora Pepa Fernández, cubriendo las primeras horas de la jornada en cada fin de semana radiofónica. El asunto del besuqueo, que alcanza proporciones de saturación afectiva en nuestros pagos, ha sido el protagonista de la mañana del sábado. Los tertulianos que acompañan a Pepa, siempre certeros en sus intervenciones, han discurrido entre el valor de las muestras afectivas y el rechazo por hartazgo de algunas costumbres, cuando menos, discutibles. 

Desde acusados de cicateros en la expresión de afectos, hasta excesivos y, en ocasiones sin venir a cuento, empalagosos, el desfile de opiniones ha configurado un escenario de conductas personales ―tanto familiares como sociales― especialmente variopinto. Con ello, el beso, que ha adquirido últimamente proporciones de sobreabundante en el ámbito social y en gran medida, condicionado por el origen geográfico y cultural de los convictos del ósculo, ha sido el protagonista de acuerdos y disparidades. 

Según apunta uno de los contertulios, en el norte no son tan espontáneas las efusiones como en otros lugares de la península. En estos últimos, los abrazos y los besos son incluso el preámbulo inmediato a una presentación, entre personas desconocidas, que, aún así, se saludan efusivamente. De otro modo, las manifestaciones de cariño no se circunscriben sólo a besos y abrazos sino que los sentimientos de afecto, a través de expresiones cariñosos de cariño, apoyo o amor, hacen de las relaciones familiares y sociales la aspiración íntima del querer y ser querido, cualquiera que sea la presencia y las circunstancias de cada persona.

Quienes hemos vivido otras andaduras familiares, en tiempos en los que la razón de estar bien atendidos en la familia era la más elocuente expresión de cariño. Las aspiraciones primeras y principales de los deudos pasaban por cubrir el sustento diario generosamente, dedicando a ello todo el cariño de los esfuerzos económicos. Junto a esto, el vestido, el calzado y la educación completaban el abanico de recursos puestos a disposición de la prole. Con ello se esperaba que el futuro de los retoños se desarrollara en las mejores condiciones de honradez, preparación educativa y comportamiento social. Los que ya peinamos canas, recordamos cómo semejante conducta era la única y más concluyente muestra de cariño. Los besos y los abrazos terminaban con el paso de bebé a niño al que había que educar, según parece, en la más completa ausencia de carantoñas y remilgos, considerados innecesarios y peligrosos. De manera que había que ordenar el futuro de la infancia sin efusiones que pudieran condicionar la exigible virilidad del infante, en el caso de los varones, o la dignísima condición de ama de casa responsable y respetable en las niñas. 

Y un apunte final; quienes hemos vivido la terrible experiencia del Alzheimer, hemos descubierto que todo el conjunto de caricias, besos y muestras de cariño posibles, administrados en el cada día del enfermo, aportan la más poderosa terapia, capaz de reverdecer un gesto de agrado en el enfermo y aplacar con ello algunas de sus frecuentes obsesiones. De manera que a estas efusiones sólo hay que añadir una buena dosis de cariño indiscutible porque, incluso las mentes más deterioradas, son capaces de interpretar en su ánimo perturbado e inconsciente el valor de un abrazo o un beso.

ZODIAC

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