MIS LARES

VILLADIEGO, UNA VILLA DE SEÑORÍO
(Una muestra de celebración festiva)
          Tercer día de las fiestas patronales y Villadiego amanece una vez más bajo el hermoso paraguas azul del cielo castellano. Un sol esplendido ilumina cada rincón de la villa con la promesa de otro día para el recuerdo. La Puerta Norte sigue abierta asegurando a los visitantes un abrazo acogedor para quien tenga el propósito de disfrutar de la hospitalidad de la villa.
Hoy me he levantado con los luminosos rayos de sol que se colaban estimulantes entre los cuartillos de mi ventana y, después de rapar las barbas y remojar el cuerpo y el alma bajo el agua de la ducha, he cargado mis bártulos de humilde aficionado a la fotografía y he salido de "safari". He querido mirar una vez mas a la villa que me vio nacer, desde las pocas alturas que la circundan. Y, desde el Alto la Riba, aunque los árboles no me dejaban admirar el bosque urbano al completo, he podido imaginar, como el Diablo Cojuelo, las imágenes de mis paisanos rendidos a la trasnochada de unas fiestas para las que no encuentro mejor elogio que memorables.
Aun quedaban sobre tejados y miradores las tonadas meridionales del último evento que, ayer, lleno la Plaza Mayor de belleza, luz, color y emociones flamencas. Y en el aire limpio de la mañana han desfilado sobre tejados y balconadas, los desfiles de carrozas repartiendo arte y delirio; la alegría de las penas multicolores, entregadas al placer de estimular a la fiesta y al buen humor; las celebraciones litúrgicas dedicadas a la Virgen y el buen San Roque que por una vez en el ano recorren la villa para bendecir vidas y sueños; la espectacular belleza de la Corte de Reinas, cuya apostura y dignidad han llenado de honores a la villa y asombro a propios y extraños; las alegres dianas y los conciertos magistrales a cargo de la Asociación Musical de Villadiego; el vermú del medio día; el buen yantar de una tierra que conserva los valores culinarios ancestrales, con especial devoción para el cordero asado al estilo Villadiego, las jijas y la morcilla; el sol y sombra de la sobremesa y las cañas frescas del atardecer; los Fuegos Artificiales llenando de asombro y color los ánimos y la noche; los bailes, las corridas de toros, las verbenas, los conciertos de guitarra y música coral en el flamante Auditorio  «Príncipe Felipe» y de órgano en el templo de Santa Maria; las exposiciones en Museos y templo de San Lorenzo…
Y para completar el ámbito cultural, el especial Acto Conmemorativo que celebra el 200 Aniversario de la Independencia de Paraguay y la Memoria de D. Bernardo de Velasco y Huidobro (Villadiego, 1765, Asunción, Paraguay, 1822) ilustre militar español, ultimo gobernador de la Intendencia del Paraguay. Finalmente, he revivido la emoción de los numerosos reencuentros entre amigos que vivimos al alimón niñez y adolescencia. Siete decenas largas de años coleccionamos todos ya y los recuerdos de otras fiestas y otras venturas nos han unido en el amor a la tierra que nos vio corretear y en el firme propósito de seguir llevando su nombre con orgullo.
Por todo ello, porque he disfrutado «de lo lindo«―como era expresión superlativa del regocijo en labios de nuestros mayores― quiero mostrar mi agradecimiento a cada una de las personas que lo han hecho posible. Y, como en Fuenteovejuna, sigamos todos a una engrandeciendo lo que ya lo es mucho por el esfuerzo del trabajo, la cultura y el bien hacer de regidores, asociaciones y vecinos.
Eduardo García | 17/08/2008


Comentarios

Entradas populares de este blog

LA CASONA DEL OBISPO. OÑA (BURGOS)

PEDRO MARÍA DE LA IGLESIA