Noviembre 1970
Imágenes de una muestra escolar de Educación Física y Deportiva celebrada en el coso taurino de Briviesca al finalizar el curso 1969
Diciembre 1971
Diciembre 1973
"En Briviesca el que no caza pesca"
1972
Faltan los Apartados
I y II
(Agradecería colaboración briviescana para conseguir el texto íntegro)
Como enjambres los vasallos
acudieron a Briviesca,
atraídos por el brillo
de relucientes monedas,
no menos por el tufillo
de ya soñadas cazuelas,
por el buen vino que cántaras
ha de correr a las puertas
de las casas de Velasco,
convertidas en tabernas;
todo lo paga el buen Conde,
todo corre de su cuenta.
III PREPARATIVOS
Es un verdadero ejército
el que emprende la tarea,
tan grande, que en pocos días
bajo dirección experta,
tiene montadas las obras
y la diversión dispuesta
con que el buen Conde pretende
obsequiar a la princesa.
Desde aquello de Vallejo
y remontando la cuesta,
por los altos de la loma
―bosque umbroso en esta época―
bajando por la Epitafia
en dirección a la Vega,
salvando el cauce del Oca
muy rico entonces en peces,
siguiendo luego a cordel
la ya vieja carretera,
cruzando otra vez el río
por espesísima arboleda,
según se va hacia el Ventorro,
del puente viejo a la izquierda
hasta empalmar justamente
de Vallejo en la caseta,
establecióse de estacas
muy firme y segura cerca
de metro y medio de altura,
sólida, a prueba de fieras.
Por disposición del Conde
de los festejos las vísperas
dejáronse en libertad
dentro de aquella floresta
(que a la sazón parecía
una verdadera selva)
muchos y variados ciervos,
rebecos, corzos, gacelas,
osos, lobos y raposas,
jabalíes y otras piezas.
No faltan liebres, conejos,
patos, ocas, gallinejas,
ánades y faisanes
y creo…hasta culebras.
También se echaron al río
de agua cristalina, fresca,
y a magníficos estanques
hechos de labradas piedras,
grandes bandadas de truchas,
barbos, angulas y tencas
y ¿cómo no?, de cangrejos,
que a millares, no a docenas,
hacia atrás, poco corteses,
practican las reverencias.
Se levantó un graderío
de la corriente a la vera
y en lo más alto un dosel
para la gentil princesa,
guarnecido de brocados
y de las más ricas telas;
allí no falta un escaño
labrado en finas maderas
para unas dos mil personas
que vienen a nuestra tierra;
las que forman el cortejo,
los próceres de Briviesca
los que han de llegar de Burgos
y de toda la Bureba;
también vistosos asientos
para cuantos intervengan
en las justas y torneos,
en la barra, en las boleras,
en el juego de las cañas,
en el salto, en las carreras,
en arte de cetrería,
en la caza y en la pesca.
IV LA
FIESTA
Se suceden con gran orden
los números más variados:
muchos apuestos guerreros,
caballos engualdrapados ,
hacen gala de destreza
formando vistosos cuadros.
Hay justas, juegos de cañas
de barra, lanzada a brazo,
pruebas de alta cetrería,
carreras, luchas y saltos,
cánticos, bailes, cucañas,
y hasta carreras de sacos.
A la vez muchos monteros
van recorriendo el cercado,
sin que den tregua a las piezas,
a cuchillo, piedras y arco
cobran buen número de ellas
con los lebreles y alanos;
otros, también muchas damas,
con sus pajes y criados
en los cristales del Oca
y en los estanques del prado,
entre risas y algazara
pescan relucientes barbos,
truchas, tencas y otros peces
que van, incautos, picando
¡Ay, de los pobres cangrejos;
más de ellos nada digamos,
que por marchar hacia atrás
van al peligro llegando,
se meten en el retel
y sin aduana… ¡al saco!,
en seguida a la cazuela
que ya les está esperando
y donde, no de vergüenza,
se han de poner colorados.
V EPÍLOGO
Y no podemos seguir
dando del acto más cuenta;
nos lo dificulta el tiempo,
y el espacio nos lo veda;
basta decirles, señores,
que al salir ya las estrellas
fueron brillantes testigos
de la esplendorosa fiesta,
proclamando así ante el mundo
lo que en las crónicas queda:
que en tal noche, aquí en Briviesca
«AQUEL QUE NO CAZA PESCA».
Con mi mas sincero agradecimiento y estima a
don FRANCISCO
COLINA
Briviesca
1972
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