sábado, 21 de diciembre de 2013
viernes, 20 de diciembre de 2013
PETARDOS
Algunas perplejidades lleva uno acumulando a
propósito de la tolerancia y sus peculiares interpretaciones. Nada que objetar
al desenfadado uso de explosivos que configuran la Navidad, hace ya algunas
décadas, porque sencillamente no hay prohibición que lo impida ni valiente que
se atreva a regularlo. De tal manera que hasta los canes suspiran porque llegue
la cuesta de enero y con ella se acaben los euros para el derroche y los
fogonazos para el pánico.
Viene a cuento el tema porque, con la mejor
intención de añadir calor musical al
calor humano que se respira en la calle, hay un huequecito para la costumbre
más enraizada y menos estruendosa que permite a los nostálgicos de las
tradiciones el disfrute sin riesgos de los cánticos navideños en la vía pública.
Como iniciativa del Ayuntamiento, todos los años por
estas fechas, hay colectivos que dedican su bien hacer musical interpretando antiguos villancicos que
suscitan emociones, entre añoranzas y recuerdos familiares vividos antaño al
calor del hogar. Son grupos corales que ponen todo el afán en dedicar unos minutos de su tiempo y
afición para colorear con sus voces la iluminación navideña de calles y plazas.
Sólo hay un algo indescifrable que no parece
competir serenamente con tanta luz y color y que salpica el aire festivo con
detonaciones, a veces tan estruendosas, que más parecen violencia desatada que
argumentos para estimular al jolgorio.
Así estábamos algunos disfrutando a duras penas del
canto rodeados por el alevoso que, a pocos metros del estrado, explotaba sus petardos
desafinando tonos, compases, melodías y temples.El corro lo conformaban un nutrido grupo de varones a
todas luces “quinceañeros”, con alguna presencia femenina, convertidos todos en
acólitos del dinamitero que parecía ser el líder recompensado con carcajadas de sus divertidos "acólitos".
Lo cierto es que, aunque nosotros lo pasamos bastante incómodos e irritados,
ellos parecieron disfrutar de lo lindo con su hazaña. Hasta ahí, miel sobre
hojuelas aunque mal repartida como queda dicho.
Terminó nuestra intervención y se suspendieron los estampidos hasta que subió al estrado el siguiente grupo. Con las armonías de los nuevos cantores, se recrudecieron los petardos, el ruido y el enfado, esta vez del público deseoso de disfrutar del concierto en paz aunque tan deslealmente acosado. Dos señoras intentaron sugerir un poco de cordura a los adolescentes y el resultado no pudo ser más desolador porque, estimulada la vis saboteadora, la secuencia de estampidos se hizo ahora más acelerada entre insolencias y malos modos. Alguien intentó de nuevo atemperar al “dinamitero” con argumentos de la “LOGSE” bienaventurada (tolerancia, buenos modos, argumentos democráticos, solidaridad, respeto mutuo y otras sensateces al caso…) y el estrépito de las explosiones se hizo más poderoso tan pronto el ingenuo terminó su propósito conciliador, salpicado de risas, burlas y descaros, mientras rezongaba un exabrupto de impotencia...
Al fin y al cabo "son chicos...." ¿?
Terminó nuestra intervención y se suspendieron los estampidos hasta que subió al estrado el siguiente grupo. Con las armonías de los nuevos cantores, se recrudecieron los petardos, el ruido y el enfado, esta vez del público deseoso de disfrutar del concierto en paz aunque tan deslealmente acosado. Dos señoras intentaron sugerir un poco de cordura a los adolescentes y el resultado no pudo ser más desolador porque, estimulada la vis saboteadora, la secuencia de estampidos se hizo ahora más acelerada entre insolencias y malos modos. Alguien intentó de nuevo atemperar al “dinamitero” con argumentos de la “LOGSE” bienaventurada (tolerancia, buenos modos, argumentos democráticos, solidaridad, respeto mutuo y otras sensateces al caso…) y el estrépito de las explosiones se hizo más poderoso tan pronto el ingenuo terminó su propósito conciliador, salpicado de risas, burlas y descaros, mientras rezongaba un exabrupto de impotencia...
Al fin y al cabo "son chicos...." ¿?
28-diciembre-2012
domingo, 15 de diciembre de 2013
EL MESÍAS DESDE DENTRO
A las siete de la tarde del pasado viernes comenzó para un numeroso grupo de burgaleses la aventura más hermosa que la condición de aficionados a la música coral nos podía deparar. Superadas las muchas horas empeñados en concienzudos e intensos ensayos y crecido el entusiasmo por salir airosos del lance, nos dirigimos al imponente auditorio del Forum Evolución burgalés para dar la réplica a una muestra del quehacer en que habíamos empeñado nuestro esfuerzo.
La condición
de concierto participativo ofrecido a las personas aficionadas, significaba una
experiencia novedosa y especialmente atractiva que iba a permitirnos cantar “algunas partes corales del gran oratorio de
Händel con una orquesta y un coro de reconocido prestigio. Un colectivo de doscientos cuarenta y seis
participantes procedentes de dieciocho agrupaciones corales de Burgos y
provincia se han implicado en este estimulante y educativo proyecto musical.
La anécdota
vivida en el particular de cada uno de los participantes significaba una
meticulosa puesta a punto interpretativa; una especial disposición para asumir
cada movimiento en escena; una atención sin márgenes para la evasión mental y
un empeño por seguir, compás a compás, cada avance en el desarrollo del evento.
El excepcional privilegio de unir nuestras voces a la Ensamble Jacques Moderne y los solistas Sonia de Munck, Carlos Mena, Fernando Guimarães y José Antonio López
junto a la Orquesta Barroca de Sevilla, significaba algo más que un mero valor
de participación y todos entendíamos que era el momento de mostrar dignamente nuestras capacidades y acompasarlas con la admiración y el respeto que todos ellos nos
merecían.
ANDREAS SPERING
Director
ORQUESTA BARROCA DE SEVILLA
ENSAMBLE JACQUES MODERNE
SONIA DE MUNCK
Soprano
CARLOS MENA
Contratenor
FERNANDO GUIMARÂES
Tenor
JOSÉ ANTONIO LÓPEZ
Bajo
En el
discreto espacio de cada asiento, el pequeño mundo de soliloquios personales
inició su tarea de concentración y empeño. Era una muestra de devoción íntima
por la obra del excepcional compositor que convirtió El Mesías en una
referencia universal, aupada al cenit de las emociones más sublimes de la
creación musical de todos los tiempos. Fue Charles Jennes, el poeta inglés amigo de Händel quien puso a disposición del genial autor el contenido de un
texto titulado El Mesías, un nuevo oratorio cuyo contenido estremeció a Händel.
Tres semanas fueron suficientes para que completara musicalmente tan ingente
obra y diera al mundo la oportunidad de revivir hasta el paroxismo la historia
de quien llegó a la Tierra como Príncipe de la Paz para todos los pueblos. En
esto estaban las mentes de los coralistas mientras, sumidos en el preciosismo
de la orquesta y las soberbias interpretaciones de la Ensamble y solistas, se
producían las invitaciones puntuales para elevar el tono de sus oraciones con
la reiteración de las templadas voces burgalesas dispuestas a añadir gloria a
la gloria que mantenían exultantes los principales protagonistas.
El silencio a
lo largo de la intervención fue tan elocuente que no hubo tos ni carraspeo
audible que mutilara la devoción de intérpretes y espectadores. Y hasta las
sillas del escenario, inquietas durante los ensayos, contribuyeron a que la
emoción no se viera interrumpida con el más leve roce perturbador. Uno,
concentrado en su humilde participación, seguía el texto y la música de las
intervenciones embriagado por la belleza de las arias, recitativos y dúos, la
majestuosidad del coro y, de manera especial, las manos, convertidas en
plegaria, del maestro Andreas. Siempre me han seducido las manos de los
directores porque con su fervor alado consiguen modelar cada instante y extraer
de cada obra los matices más íntimos del creador de la composición. Y, si mucho
decían las manos del maestro, su rostro era todo un estímulo para nuestra
condición participativa; la atracción de su gesto estimulante, el calor de sus
ademanes, la precisión en la secuencia de entradas y el brillo de sus ojos,
―ávidos de perfección―, enardecían los ánimos de todos y llenaban de fervor
íntimo cada una de las intervenciones burgalesas.
Finalmente,
el calor del público que abarrotó el recinto es la imagen más precisa del
impacto que la iniciativa ha tenido, calando muy hondo en las expectativas y agradeciendo
con el calor de su aplauso y aliento tanto esfuerzo para llevar a cabo este
proyecto. Porque objetivos de esta magnitud son el orgullo de una ciudad en
marcha cultural incuestionable.
GRACIAS A
TODOS LOS QUE, "GRANDES O PEQUEÑOS", HAN SIDO CAPACES DE SUMAR SU ESFUERZO PARA
CONCLUIR ESTE EMPEÑO QUE HA QUERIDO AÑADIR GRANDEZA A LA MUCHA QUE YA ATESORA
NUESTRA TIERRA.
FORUM
EVOLUCIÓN – BURGOS
13 DICIEMBRE
2013
Eduardo
García Saiz
DÍA 12 ENSAYO PREVIO
EMOCIÓN CONTENIDA
VIERNES TRECE DE DICIEMBRE DE 2013
EL CONCIERTO
Momentos previos
Componentes de la Coral de Cámara "San Esteban" con su Director César Zumel (derecha)
De la cuerda de bajos de la Coral "San Esteban" (de izquierda a derecha, Chema, Santi, Fernando y Jesús)
De la Coral "San Esteban" (Izquierda Eduardo y derecha Jesús)
Panorámica antes del Concierto
De la Coral San Esteban (De izquierda a derecha; Ana, Jose, Gloria , María Jesús y Angélica)
Panorámica antes del Concierto
De la Coral San Esteban (Geno y Cristina)
Eduardo con su compañero de estrado, Miguel Ángel
Coral de Cámara "San Esteban" con Alberto Carrera director del coro
Aleluya de Handel
A pesar de las limitaciones que impiden grabar serenamente un evento de estas características, agradezco a nuestro amigo Martín este trabajo que me permite mostrar, "en vivo y en directo", lo que fue esta parte del CONCIERTO PARTICIPATIVO en el que estuvo presente la Coral de Cámara "San esteban" cuyos componentes figuran en la imagen.
viernes, 6 de diciembre de 2013
EL MESIAS DE HANDEL
A las veintitrés horas del pasado martes tres de diciembre, tuvo lugar el final de los ensayos llevados a cabo con una entrega especialmente entusiasta y multitudinaria de coralistas burgaleses al firme propósito de colaborar en la interpretación de EL MESIAS de HANDEL, que tendrá lugar en el Auditorio del Forum Evolución el próximo día trece.
El calor de los participantes ha convertido el capítulo de agotadores ensayos en una muestra de entrega y entusiasmo del que han participado un número aproximado de doscientos cincuenta coralistas. Procedentes de la mayor parte de corales de Burgos y provincia, integrantes de la FECOBUR (Federación de Corales Burgalesas), han superado sin desánimo alguno toda suerte de retos, en algunos casos, me atrevo a decir, hasta heroicos. Desde todos los puntos cardinales de la provincia han acudido con puntualidad cartujana todos y cada uno de los coralistas a cada sesión. Muchos llegados de lugares tan alejados de la capital como son localidades situadas a más de cien kilómetros de distancia.
A ello, ha de añadirse el hecho de que, muy probablemente, la edad media del conjunto de participantes supera las seis decenas de años. Y esto gracias a la compensación de los coralistas más jóvenes que han estimulado con su presencia el esfuerzo de todos. Muchas mujeres y hombres, rebasados los setenta y los ochenta años, han convertido cada ensayo en un ejemplo de altruismo y empeño encomiables completando la más hermosa de las experiencias de armonía humana en torno a un proyecto. Así, con todas las voces perfectamente ensambladas han logrado, una vez más, lo que ya parece un hábito regular en el desarrollo de las multitudinarias actividades musicales de nuestra ciudad.
No es momento ahora de hacer balances previos al evento, que tendrá colofón en el Forum Evolución, porque aun queda por conseguir el éxito final a que aspiramos y que someteremos al veredicto del público burgalés al que dedicamos nuestro entusiasmo y esfuerzo.

miércoles, 4 de diciembre de 2013
NICOLÁS GALLEGO
Las últimas fiestas patronales de Villadiego me depararon el pasado agosto el rencuentro con una de mis experiencias de niño que, junto a mis amigos, nos conducía invariablemente a la guarnicionería del señor Nicolás. Era en eso días en que la primavera nos invitaba a los chicos a recorrer los caminos aledaños de la villa en busca de aventuras.
Con ese propósito
nos entregábamos a la tarea de seleccionar una rama de olmo en forma de y
griega para convertirla en el arma perfecta contra los desprevenidos gorriones.
Con la rama a cuestas, regresábamos a casa e iniciábamos la tarea de convertir aquella
madera en tirabeque. Así, con paciencia benedictina, liberábamos la corteza
del tronco y finalizada esta tarea era el momento de recorrer la villa en
demanda de ayuda. Acudíamos a taller de otro Nicolás en el que las renqueantes bicicletas recuperaban el aliento gracias a sus manos habilidosas. Este
hombre, atendía pacientemente las demandas de reparación ―que siempre eran
urgentes― y además disponía de recortes de neumáticos inservibles que ponía a
nuestra disposición. Con un par de tiras de aquellas gomas, bien seleccionadas y
recortadas, continuaríamos la tarea de fabricar nuestras «armas de caza».
La siguiente
visita nos llevaba a cualquiera de las dos zapaterías de la villa en las que,
entre amables o regañones nos atendían para darnos unos trozos de aquellos
cabos embreados que se usaban para reparar o recoser las suelas de los zapatos. Según los expertos de la cuadrilla,
eran los más seguros para que no se desprendieran las gomas y no nos golpearan la
cara en plena acción de puntería. Con ellas y los cabos en nuestro poder, regresábamos a casa eufóricos
y las sujetábamos alrededor de las hendiduras abiertas en ambos
extremos de los brazos de la horcadilla, bien anudadas con las tramillas. Ya sólo
nos faltaba la pieza más importante para el remate del artilugio; la soleta.
El recurso al señor Nicolás, un auténtico artesano que nos tenía embobados con los magníficos trabajos que realizaba con cuero, siempre tenía algo de especial. No recuerdo que jamás nos negara el pequeño recorte de cuero que le pedíamos pero siempre era una pequeña batalla que le gustaba librar con nuestras impaciencias. Entre tiras y aflojas, y después de permanecer ansiosos la espera de su ayuda, nos entregaba perfectamente recortadas y agujereadas las soletas con instrucciones precisas para sujetarlas a los extremos de las tiras de goma.
Todo esto, que son entrañables recuerdos de infancia, he podido recuperarlos con su ayuda y, a la vez, descubrir que aquellas sus destrezas que nos entusiasmaban, no sólo no son un recuerdo añorado sino que aún sigue entregado a la tarea de reconvertir cualquier cosa, abandonada por inservible, en una pequeña obra de arte. Algunas de las siguientes muestras de su quehacer de jubilado contribuyen a ilustrar en imágenes su quehacer, nunca interrumpido, que merece el elogio a su constancia y la entrega por la labor bien hecha.
Tengo que añadir respecto de nuestras aventuras cinegéticas, que no recuerdo ni un solo pájaro que cayera en nuestras manos como resultado de nuestra habilidad, aunque sí, algún cristal recibió el impacto, más empeñados en acertar en el lomo de un gato que le protegía con su presencia y oportunamente desaparecido a tiempo para dejar desamparado el vidrio
detalles
zurrón
Las precedentes imágenes son una réplica exacta de la indumentaria de pastor realizada por Nicolás. Era una prenda con la que aquél se guarecía de la lluvia y otras inclemencias de la climatología, especialmente durante el largo periodo invernal de la Meseta Castellana.
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