martes, 24 de abril de 2012

INDIOS WAMPANOAG – MAYFLOWER – PILGRINS

(Domingo 15-04-2012)



Hoy ha sido uno de los días que voy a recordar con especial entusiasmo. Porque por fin he descubierto algo que ya intuía cuando, entregado en cuerpo y alma a la lectura de las novelas de Rodeo de mi adolescencia, celebraba las hazañas de indios y vaqueros. Incluso las películas del «Oeste» contribuyeron eficazmente al intencionado despropósito de juzgar a los primeros como desalmados, crueles y sanguinarios. Porque parece que la nobleza de unos y otros estaba mal repartida y siempre eran los segundos los que merecían el aplauso y con él el premio de la victoria. Según parece, los vaqueros no eran tan buenos ni los indios tan malos.    

Y mi satisfacción de hoy viene a cuento porque aquella nebulosa de desigualdad manifiesta en el trato que recibían los indios se me ha mostrado con la evidencia histórica de su noble estirpe y la inevitable conducta belicosa que les obligó a la lucha en defensa de sus vidas y sus tierras. El siguiente relato muestra el desarrollo de los acontecimientos que desembocaron en la situación actual de este pueblo, tal como se revela en la «Plimoth Plantation» una recreación de la forma de vida de este pueblo para enseñar a turistas e interesados en el conocimiento de las costumbres y cultura de los pueblos americanos anteriores a la colonización.

Los indios Wampanoag


El cuarto jueves del mes de noviembre  se celebra en los Estados Unidos el día de acción de gracias o Thanksgiving. La fiesta está íntimamente relacionada con los primeros eventos de la colonización inglesa en el Nuevo Mundo. En 1620 un grupo de colonizadores cristianos, que posteriormente serían conocidos como peregrinos, viajó a América a bordo del barco Mayflower. Desembarcaron en el mes de noviembre, a fines del otoño septentrional, en la costa de Massachussets (este de Estados Unidos) cumpliendo sus propósitos de establecer una Colonia en Plymouth. El riguroso invierno en esas latitudes les tomó por sorpresa, sin tener tiempo para prepararse contra las duras condiciones de privación y frío. Del centenar de peregrinos sólo sobrevivió la mitad. Los que lo consiguieron, debieron su suerte a la ayuda y alimentos que los nativos de la zona, los indios Wampanoag, les proporcionaron.

En el otoño de 1621, ya establecidos y con la primera cosecha recolectada, los sobrevivientes decidieron compartir sus frutos con los indios que les ayudaron cuando ellos no tenían recursos. El gobernador de la colonia proclamó "un día de dar gracias al Señor para que podamos de una manera más especial regocijarnos después de haber recogido el fruto de nuestro trabajo".

Esa pacífica convivencia con los nativos duraría pocos años, ya que la masiva afluencia de colonos europeos y la ocupación creciente de los territorios de los indígenas les llevarían a enfrentamientos continuos. El resultado final de las luchas fue la causa del casi total exterminio de los indios Wampanoag. Tras la llamada guerra del Rey Phillip en 1675, sólo sobrevivirían 400.

Hacia 1600 los indios Wampanoag poseían 30 poblados, y su caudillo Massassoit, a pesar de su desconfianza inicial, firmó la paz con los primeros colonos blancos, los puritanos de Portsmouth, a quienes recibió con los otros jefes Squanto y Samoset. Su poblado principal era Pokanoket, cerca de Mount Hope (actualmente Bristol). En 1617, sin embargo, sufrieron una epidemia de peste negra que les diezmó. Aún así, los peregrinos fueron bien recibidos por el jefe de los pokanoket, Iusamequin, en Sowami, capital de Massassoit.

Wamsutta o Alexander continuó la política conciliadora de su padre, que había muerto en 1661, pero los blancos respondieron con vejaciones y expropiaciones de tierras. Después de su misteriosa muerte en 1662, fue nombrado jefe su hermano Metacomet o King Philip, a quien intentaron en 1671 que cediera buena parte de su territorio y la soberanía política. Como respuesta, se alió con narragansett, nipmuc y pennacook y declaró la Guerra del Rey Philip en 1675, con 12.000 indios que atacaron 50 de los 90 establecimientos blancos. Destruyeron 9 y mataron a mil colonos, pero acabó con la derrota cuando sitiaron Swansea y al final se produjo el virtual exterminio de la tribu. King Philip fue hecho prisionero y ejecutado el 12 de agosto de 1676, su cabeza fue expuesta en una pica y su mujer e hijos, vendidos como esclavos a las Antillas. Los pocos supervivientes se unieron a los narragansetts de Ninigret y se replegaron con los saconnets a Gay Head (Massachussets).

Hoy se está llevando a cabo una auténtica hazaña cultural por parte de un reducido de descendientes directos empeñados en recuperar su idioma nativo. Y la gran esperanza es el nacimiento de la primera niña nativa hablante. Su madre, Jessie Little Doe Baird, reciente ganadora del premio Mac Arthur «Genius», es la impulsora y motor permanente del proyecto que con el lema We Still Live Here (Âs Nutayaneân) (Todavía estamos aquí) muestra su propósito de recuperación de la lengua Wampanoag.































MAY FLOWER
Imaginase a casi cien hombres, mujeres y niños apretujados en una pieza, con apenas espacio para sentarse. El techo es tan bajo que ha de agacharse quien mida más de 1.50 m. Y deben pasar en ese sitio un día tras otro, sin higiene ni luz natural y con mala ventilación. Eso sucedía bajo cubierta en el Mayflower, el barco en que viajaron en 1620 los primeros colonizadores ingleses desde Plymouth a Norteamérica.

Los colonizadores, llamados «padres peregrinos», eran un grupo de puritanos que abandonaron Inglaterra en 1609 para huir de la persecución por sus creencias religiosas. Se establecieron en Leiden, Holanda, y volvieron a Inglaterra 11 años después, sólo para emigrar definitivamente de Europa en busca de un mundo libre, según ellos, de la influencia corruptora de otros modos de vida y religiones.

El Mayflower era minúsculo si se juzga según las normas actuales. Medía 27 m de eslora y pesaba poco más de 180 ton. Sin embargo, cruzó el Atlántico del Norte durante la peor estación para hacerse a la mar. En 1620 no era fácil la navegación oceánica. Aunque las brújulas, de las que el Mayflower llevaba dos, estaban razonablemente desarrolladas, las cartas de navegación no eran confiables, de modo que si un barco se desviaba del rumbo, los tripulartes no tenían modo de saber con exactitud dónde estaban.

El 16 de septiembre de 1620 el Mayflower zarpó de Plymouth para América con buen clima. Pero mudó éste y pronto se hallaron en medio de violentas tormentas y embravecidos mares. Se cerraron las escotillas,  los emigrantes se amontonaron, helados, mojados y mareados en su maloliente refugio, donde comieron, rezaron e intentaron dormir.


El Mayflower surcó los mares durante 55 días, hasta que el vigía gritó: «¡Tierra a la vista!» Habían llegado a la punta norte de Cabo Cod, Massachusetts. Al día siguiente rodearon el cabo y anclaron en un amplio puerto, frente a lo que hoy  es Provincetow.

Sus desdichas no habían de terminar aún, pues tardaron más de un mes en encontrar un sitio adecuado para establecerse. Por fin lo hicieron en un lugar al que llamaron Plymouth, y fundaron allí una colonia bajo la guía de John Carver y William Bardford.

Lo trágico fue que, si bien en el arriesgado viaje hubo una sola muerte, durante los primeros cuatro meses en tierra perecieron 44 colonos. Estaban débiles y agotados al desembarcar y, con el invierno ya próximo, América parecía un lugar frío y hostil.

El resumen de William Bradford sobre su llegada es muy elocuente: «No tenían amigos que los recibieran ni posadas donde abrigarse o recuperar las fuerzas, deterioradas por la intemperie; ni casas ni mucho menos ciudades adonde encaminarse a pedir socorro... Además, qué podían ver sino un espantoso y desolado yermo, lleno de bestias salvajes.., toda la región, llena de bosques y matorrales, tenía aspecto violento y cruel.» Y los «padres peregrinos» eran habitantes de la ciudad, no acostumbrados a trabajar la tierra. Sólo con la ayuda de indios amistosos, que les enseñaron a pescar y a sembrar maíz, lograron sobrevivir.

Después de su primera cosecha, indios y peregrinos celebraron conjuntamente la Acción de Gracias, festividad del cuarto jueves de noviembre, que los estadounidenses observan desde entonces.





















The Pilgrims

































PEABODY ESSEX MUSEUM

(Sábado 14-04-2012)


"Imagina bailar con dragones, construir un modelo de barco o hacer arte juntos, como en familia. Cuando entras en el interior del Museo Peabody Essex te incorporas a un mundo de experiencias artísticas y culturales del pasado y del presente. Compruebas donde los artistas se inspiran y el ejercicio de su talento creativo. A través de  las actividades interactivas online, el PEM ofrece exposiciones temporales y de su propia colección conectando la vida con el arte y los artistas, la cultura global, y el proceso creativo de formas innovadoras."










Es la anterior, una invitación con la que uno se encuentra tan pronto accede a la oficina de recepción y recibe las primeras instrucciones para la visita. No por conocidas, como es el caso, resultan menos interesantes las muestras de todo tipo que el museo pone a disposición de los enamorados del arte y la cultura.  Especialmente, si como en la presente ocasión, hay una propuesta temporal y novedosa para admirar el arte nativo americano.

Native American Art
El Arte Nativo Americano, tanto a lo largo de su historia como en la muestra contemporánea de sus artistas, es la novedad de la muestra cultural del PEM en la presente ocasión. Se trata de una exposición temporal que habla de las conexiones dentro de los cientos de comunidades nativas americanas y estimula a los visitantes a conversar con ellos más allá del hecho cultural de cada individuo presente.

En los inicios del siglo XIX una máscara femenina celebra a los antepasados de cultura Kaigani Haida con especiales características de finura facial y un sobresaliente labio inferior. La escultura, creada para audiencias no nativas, invita a la discusión acerca de costumbres tribales, estatus social y los conceptos  culturales de la belleza. A gran escala, las audaces pinturas de Judith Lowry dibujan  la rica historia de la narración de cuentos  de las comunidades nativas.  La inspiración le viene de su familia, su compañero Maidu y los artistas Frank Day y, el último, Harry Fonseca así como de los artistas del Renacimiento italiano. 


Trabajos desde el siglo XVII hasta el presente, demuestran la adaptación y naturaleza artística y creativa de las culturas nativas americanas con abundantes expresiones a través del tiempo. Cerámicas, textiles, esculturas, vestido, joyas, máscaras, instrumentos musicales, pinturas y trabajos en papel revelan conexiones con los movimientos del arte occidental.

Finalizada la vista, uno llega a la conclusión de que, en este mundo de las culturas subyugadas, se han producido lamentables conclusiones que, después de tergiversar interesadamente la historia de los pueblos sometidos, han dejado en ellos un poso de amargura y, en la opinión de los pueblos “más civilizados”, una colección de tópicos falaces cuando no crueles.

EL FRIENDSHIP

(Viernes 13-04-2012)

Hoy ha sido el último día de clase previo a las vacaciones de primavera. Ello me ha servido para hurgar en el recuerdo de la visita que un día realizamos al interior de un barco regularmente anclado en el puerto y en su airosa silueta visible desde nuestra ventana. Es una referencia más de las muchas cosas bellas que una ciudad con sabor histórico, está a disposición de los viajeros ávidos de experiencias novedosas.

El Frienship (Amistad) es, además de una obligada referencia turística, el símbolo de una época floreciente de la ciudad de Salem en la que la navegación de ultramar la convirtió en importante puerto de referencia del comercio exterior americano. Entre 1797 y 1812 llevó a cabo un total de quince viajes internacionales conectando con puertos tan alejados de su costa como China, Java, Sumatra, Madrás, Londres, Hamburgo, San Petersburgo y otros puertos europeos, incluidos algunos españoles. 


La replica del barco está basada en un modelo del original que se encuentra en el Peabody Essex Museum y en la amplia referencia de numerosas pinturas y documentos allí custodiados. Actualmente forma parte de la extensa área de exhibición del Servicio de Parques Nacionales Americanos en el emplazamiento de Salem. El buque está en perfectas condiciones de navegación pero permanece habitualmente próximo a su ubicación costera para ser visitado por quien desee explorarlo a bordo. En ocasiones especiales navega como buque insignia del Condado de Essex, arribando a puertos de la costa atlántica para tomar parte en eventos y festivales marítimos.


La visita







  











 En la costa siempre hay un faro para declararse

COOKING CLASS


(Miércoles 11-04-2012)




Cuando uno ha dedicado toda su vida laboral a la tarea de la enseñanza, la presencia de cualquier edificio escolar o de niños en actividad docente, atrae inevitablemente su atención y refresca la memoria de aquellos sus días en el aula. Acaso sean las añoranzas o quizá la juventud recuperada lo que le impulsa a recordar y, raramente, a participar en algún evento educativo. Y esta ha sido la experiencia de hoy. Un numeroso grupo de niños, de alrededor de los ocho años, participa en una singular clase de cocina y un servidor resulta invitado a participar en la experiencia. 

La clase está dispuesta, los utensilios de cocina preparados y los alimentos que conformarán el menú verificados. Hay un espacio ocupado por pupitres trapezoidales que configuran un óvalo en torno al que se desenvolverán los alumnos. Tres profesoras dedican sus afanes a propiciar orden y eficacia y se da comienzo a la introducción del menú que contendrá estos ingredientes:

Pasta Salad Skewers

Ingredients: - cherry tomatoes
- mozarella pears
  - black olives
     - tortellini

from……..   Italy!!

Hemos sido presentados a los niños y su reacción ha sido prudente y cordial. A continuación han ocupado los espacios para la tarea y ésta ha dado comienzo con el reparto equitativo de ingredientes. Conocida la receta y la combinación adecuada de elementos que la integran, ha finalizado la primera fase. Los tortellini están en las manos expertas de las profesoras que controlan la cocción. Es el único momento en el que la participación de los niños se lleva a cabo con ayudas selectivas y controladas para impedir cualquier accidente. 

En el entretanto los niños se distribuyen por el aula de forma aparentemente anárquica y se disponen a realizar los deberes escolares de mañana con absoluta concentración y silencio. Mientras la cocción sigue su caminar.

Terminados los deberes y la cocción, de nuevo acuden unos y otras a los puestos asignados para la tarea final y da comienzo la preparación de las brochetas. Agrupa cada uno todos los alimentos dispuestos en su plato que ensartados y secuenciados en la varilla quedan convertidos en una exquisita brocheta italiana. 

Finalmente, una preciosa historia relacionada con el arte culinario y niños como protagonistas completa la sesión que guardo como un pequeño tesoro entre los numerosos recuerdos que voy acumulando en este viaje de vacaciones en familia.


Merodear por los pasillos de un colegio de Educación Primaria tiene el especial encanto de la ingenuidad infantil repleta de actividades que cubren sus paredes. En esta ocasión he coleccionado una serie de imágenes plásticas que hablan de un excelente trabajo de homenaje a la villa en la que viven y que reproduce algunos de los más bellos ejemplos de las viviendas de Salem.








LA MAR Y LOS BARCOS

 (Jueves 12-04-2012)

TURISMO EN SOLITARIO 


Hoy he recorrido en solitario uno de los espacios que siempre me atraen de manera especial: la mar y los barcos. Es una imagen que cualquier compatriota que se dé una vuelta por estos lares buscará con avidez, especialmente si se dirige al puerto pesquero con intención de tomarse unos «espetos» a la brasa o unas gambas al ajillo. Especialmente si es de tierra adentro como es mi caso. Sin embargo nada de eso será posible porque, a pesar de que gran parte de las viviendas que figuran en las casas de Salem a que aludo en el día noveno, fueron inicialmente hogares de pescadores que faenaban en las proximidades del puerto, hoy están ocupadas por familias que poco o nada tienen que ver con las artes de pesca. Hoy los barcos de pesca se han convertido en  embarcaciones deportivas y de recreo. Es el resultado del poder de las grandes compañías que capturan y comercializan el pescado a gran escala lo que ha provocado la causa fundamental del cambio. Lo cierto es que nunca fue una zona especialmente dedicada a la pesca y mucho más al comercio con China, India, Japón, Corea, etc. 

Lo que no obsta para confirmar los valores marítimos de una ciudad que llegó a contar con cuarenta y tres muelles de los que hoy sólo quedan tres que han sido el objetivo principal de mis imágenes.












  
  


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