miércoles, 19 de marzo de 2014

BRIVIESCA / 1972 - PRIMER CERTAMEN RADIOFÓNICO ESCOLAR

BRIVIESCA, LA BIEN TRAZADA




COLEGIO NACIONAL MIXTO COMARCAL
BRIVIESCA
(Imágenes de 1972)




I CERTAMEN RADIOFÓNICO ESCOLAR DE LA PROVINCIA DE BURGOS

Era la primavera del 72 y el incipiente verdor en los campos de la Bureba empezaba a ser una alentadora promesa de cosecha para la comarca. Sin embargo, y con cierta pena, sería para mí el final del último curso escolar en Briviesca, porque yo iba a completar allí un ciclo, muy especialmente gratificante, de cuatro años de permanencia como maestro. 

Siempre mantendré en la memoria aquella etapa con un emocionado recuerdo. Y como colofón, aún tuve tiempo para colaborar en una iniciativa de Radio Popular de Burgos que nos proponía implicar a los alumnos del centro en la realización de un programa radiofónico sobre la ciudad. Y a ello nos entregamos los maestros en cuerpo y alma elaborando una maqueta de intervenciones que permitiera el máximo de participación de los alumnos y con ello el incremento de su cariño a la tierra que los vio nacer. 

Y este es el resultado que muestro a continuación, aun a sabiendas de que su extensión puede resultar tediosa. Mi propósito, no obstante, no es el de dar a conocer las virtudes de Briviesca, ―sobradamente conocidas por mis posibles visitantes― sino descubrir el empeño y la dedicación de aquellos alumnos y alumnas que sin duda hoy configuran el mañana que en aquellos años ya presentían.

Con la sincera estima y el reconocimiento a todos los que participaron en esta muestra de bien hacer.

Eduardo García Saiz

Plaza Mayor de BRIVIESCA en 1972




PRESENTACIÓN DEL PROGRAMA:

                        Buenas tardes amables oyentes.
                        Briviesca les abre sus puertas.

Les invitamos a entrar en esta hospitalaria ciudad que generosamente intentará hacerles vivir su presente, andar por  los caminos de su historia y latir con ella por las aspiraciones del futuro.

                        Esta tierra de hidalgos y santos guarda imponderables joyas de arte:
                        La Colegiata de Santa María la Mayor
                        El Convento de Santa Clara
                        La Iglesia de San Martín
                        El Santuario de Santa Casilda

1. SITUACIÓN Y LÍMITES

Es Briviesca corazón y cabeza de la Bureba, lindante con los partidos de Sedano, Villarcayo, Miranda de Ebro y Burgos, en plena Meseta Castellana y al abrigo de los Montes Obarenes y los de Oca, rocosos y cubiertos de robledal. Descansa a orillas del Oca que se abre camino por fértil vega, ansioso de entregarse al Ebro. Tiene nuestra ciudad 4.371 habitantes repartidos en una extensión de 62 kilómetros cuadrados. Su altitud es de 700 metros sobre el nivel del mar y su situación dentro de la Meseta le confiere un clima continental. Es el invierno duro pero el verano fresco y delicioso y en todo tiempo puro y límpido el cielo. Surge espontáneamente en nuestra tierra la característica flora mesetaria, matorrales y arbustos en sus pardas y onduladas cuestas y en sus linderos, arroyos y barbechos anidan y se guarecen codornices, perdices, liebres y en las aguas del Oca barbos, truchas y cangrejos. Todo es razón poderosísima para que en épocas de abierta veda acudan a esta zona multitud de gentes de otras regiones sabedoras que en «Briviesca el que no caza, pesca».

2. HISTORIA

A) 
La existencia de un lago miocénico en la Bureba baja influyó sin duda en la formación del terreno fértil que caracteriza ala Vega del Vesga ―hoy río Oca― al contener las avenidas de este río antes de abrirse paso por las hoces de la Horadada.
Esta región alcanzó una civilización extraordinariamente adelantada en esta época, a juzgar por las armas y objetos de cobre y hierro damasquinado con incrustaciones de una finura no superada después, pertenecientes a la civilización POSTHALSTATICA, que se conservan en el Museo Provincial, juntamente con el “Tesorillo de Briviesca”.

B) 
En el tiempo de la gentilidad, era famosa Briviesca en la región Autrigones, en que la colocan Plinio y Ptolomeo. El itinerario del primero se repite tres veces por hallarse en la villa militar romana, entre Sasamón y Tricio de Nájera, cayendo bajo la dominación romana en el 130 antes de Jesucristo. Las numerosas vías romanas que reunían en Briviesca contribuyeron grandemente a su prosperidad, pudiendo el César pasar a Flavio Augusta ―Poza de la Sal― donde estableció uno de sus campamentos fortificados. Los pobladores de Briviesca, en las guerras entre Sartorio y Pompeyo, se declararon a favor del primero. De este tiempo, parte de monedas ibéricas y molinos de mano, se conservaba hasta hace poco, el puente romano llamado del “Palomar”, último monumento de la época.

C) 
Los más caprichosos orígenes etimológicos se atribuyen el nombre de BRIVIESCA. Los geógrafos más antiguos la citan con el nombre de BURVESCA que según Sanz García procede de la raíz celta BUR o VIR ―población en castellano― y VESCA, nombre antiguo del río que fertiliza su vega. Otros afirman que su origen etimológico es vasco por el prefijo BUR ―cabeza―. Menéndez Pidal, en su Gramática Histórica Española, trae este nombre como ejemplo de metátesis de la R y dice que se transformó de BEROVESCA en BIRVIESCA y finalmente en BRIVIESCA.

D) 
Briviesca fue fundada por la tribu céltica de los AUSTRIGONES que la emplazaron en la pendiente oriental de la cuesta de San Juan, cuya población al correr de los años ―siglo XIII― fue trasladada al lugar que hoy ocupa. Este traslado lo autorizó Doña Blanca de Navarra a la sazón Señora de Briviesca, hermana de Sancho el Fuerte y esposa de Teobaldo I, conde Champagne. Su trazado urbano es semejante al de las Bastillas francesas, por influencia del rey Navarro que tanto penetró en territorio galo en la región de los Bajos Pirineos.

E) 
Fue una de las primeras poblaciones que recibieron el Evangelio y la primera que se cita en los documentos  Pontificios de toda la provincia con el nombre de CIVITAS VESCENCIUM. Los obispos de Tarragona y Calahorra se disputaban la jurisdicción sobre Briviesca, pero habiendo indicios de que la fe se propagó en este país desde Calahorra, quedó bajo la influencia Calagurritana.

F) 
Es natural suponer que los visigodos, interesados en conservar libre la comunicación entre los campos góticos y la Aquitania francesa donde dominaban, reconocieran la importancia estratégica de Briviesca.El conde Don Diego dominaba en Briviesca pues en 863 ofreció el Monasterio de San Cipriano al de San Félix de Oca y en el 882 rechazó a los moros en Pancorbo persiguiéndoles hasta Castrogeriz. El Cid, reconciliado con Alfonso VI, recibió Briviesca como Señorío con toda jurisdicción.

G) 
El escudo de armas refleja, entre otras cosas, el actual emplazamiento de la villa, representado por tres fajas que simbolizan las tres calles que atraviesan la ciudad con el río Oca al pié. Llevando en el Blasón las tres cabezas humanas, dos de moros y una de cristiano que sin duda quiere representar algún hecho de armas olvidado en la Reconquista. El escudo está timbrado con corona mural, pues si en él se representa la toponimia de la población, la corona será su complemento, toda vez que Briviesca fue población amurallada hasta el siglo XIX.

H) 
Briviesca vivió tiempos azarosos en los que los principales personajes fueron el Conde de Haro, Pedro I de Castilla y Juan II que, convocó las famosas Cortes de Briviesca en las que se acordó conceder el título de PRÍNCIPE DE ASTURIAS A LOS HEREDEROS DE LA Corona.

I)
La casa de Velasco con su poderosa influencia derramó sobre Briviesca bienes sin cuento. El hecho de que la población resistiera con tesón al Conde de Salvatierra que estaba a favor de los Comuneros, hizo que la dinastía de los Velasco no se olvidara nunca de esta prueba de lealtad a ellos y al monarca Carlos I.
                    

3. BRIVIESCA MONUMENTAL

                             SANTA MARÍA LA MAYOR






La Colegiata de Santa María la Mayor sucesora de la antigua Colegial de Nuestra Señora de Allende, que se trasladó al lugar que ahora ocupa y que todavía, como ermita, subsistió hasta principios del siglo XIX. El templo actual guarda como una reliquia de la vieja iglesia, sobre la que está construida, una capilla gótica; la de Santa Casilda, con un retablo en nogal obra de Pedro de Gámiz hermano del de Santa Clara. Sus dimensiones son grandiosas. Enormes columnas cilíndricas con ligero éntasis y capiteles corintios montan guardia en la portada, en la que un gracioso ojo de buey alberga a la antigua imagen en piedra de Nuestra Señora de Allende, trasladada aquí hace medio siglo.

                             EL CONVENTO DE SANTA CLARA




El Convento de Santa Clara nació al calor de un gran místico, el bienaventurado Fray Lope de Salinas de noble estirpe. El templo es de un gótico tardío, pero severo y frío. Mas lo que le ha convertido en blanco de admiración, es su retablo tallado en madera por Pedro López de Gámiz y Diego Guillén. Este retablo mariano es una narración vívida que nos permite seguir, paso a paso, la vida de la Virgen. Constituye un Evangelio de la Señora tallado en nogal, animado, lleno de vida. Al pie del altar duerme su último sueño, en un sepulcro extremadamente sencillo, acorde con sus deseos, la fundadora Doña Mencía de Velasco, la hija de los Condestables, virgen seglar y mujer admirable que paso por su vida haciendo el bien.

                            PARROQUIA DE SAN MARTÍN




San Martín, el Santo Obispo de Tours, llegó aquí con los romeros franceses que peregrinaban a Compostela, ya que Briviesca era hito en la ruta Jacobea que seguía la calzada romana por Calahorra, Varea, Tricio ―antiguo campamento militar romano― Hormilla, Valpierre, con ecos galos, San Torcuato, Leiva y Briviesca. El templo se construyó sobre la primitiva ermita, donde los peregrinos satisfacción su devoción y cobraban fuerza para proseguir camino. Es de factura gótica, amplia y capaz, y con naves en crucero. El retablo mayor es una bella muestra de los esplendores del barroco y constituye una verdadera fiesta para los ojos, un animado escenario donde ángeles y santos parece que empiezan a moverse.

              SANTUARIO DE SANTA CASILDA






El Santuario de Santa Casilda, se halla enclavado en la cima de los montes que por el Oeste circundan la ciudad de Briviesca, a once kilómetros de la misma, es Patrona de la ciudad y comarca.

Santa Casilda pertenece al siglo XI, siglo de la santidad en tierras burgalesas, contemporánea de Santo Domingo de Silos, San García ―Abad de los monjes de Arlanza―, San Iñigo ―Abad del Monasterio de Oña―, San Sisebuto ―Abad de Cardeña―, San Lesmes y San Juan de Ortega, nacido en Quintanaortuño. El actual santuario se remonta a principios del siglo XVII. En la iglesia se guardan los restos mortales de la santa en un sarcófago de madera dorado y, como remate, la estatua yacente, obra del escultor Diego de Siloé.

Foco de espiritualidad a lo largo de la historia de las regiones burebana, alavesa y riojana, así lo atestiguan las magnas peregrinaciones de la época y que en la actualidad conservan La Vid de Bureba, Briviesca, Ayuntamiento de Salinillas, Galbarros y Quintanavides. Abundan los milagros por intercesión de la Santa. Los muros de la iglesia son un “Te Deum” impresionante que aún no ha concluido. Firmas y fechas de ayer y de hoy, exvotos amarillentos por el tiempo o frescos aún como rosas recién cortadas dicen un poema de gratitud. En lo alto de los muros un pintor de buena voluntad se atrevió a entreverar cartelas poéticas. Dice una de ellas:

                                                           Paloma que entre las quiebras
                                                           Del risco tienen tu asiento;
                                                           Vuela donde eterno Sol
                                                           Te corona de luceros.

4. ENTREVISTAS

1.  La Tabera.



El martes anterior al día de la Ascensión se celebra el día de la “Tabera”. ¿Cómo nació esta fiesta?
                                   Guión de respuesta;
a)      El alcalde cedía su mando a la mujer más anciana del pueblo.
b)     Peticiones de los mozos a lo largo de la rogativa.
c)      Partida entre Alcalde y Sacerdote finalizado el acto religioso.
d)     El ayuntamiento obsequia pan y vino a los romeros.
e)      Se suspenden las partidas al llegar a Briviesca.
f)   Se acompaña todo el pueblo a la terminación de los actos religiosos y después se sigue jugando.

2.   Estandartes.
Abuelo, ¿por qué el día de la Santísima Trinidad acuden a Briviesca los pueblos de la comarca con sus cruces y estandartes?
Guión de respuesta;
a)      Traída de la Virgen de la Serenidad.
b)     Manolín recibe a los pueblos uno a uno.
c)      Ceremonia en la iglesia
d)     Procesión y despedida
e)      Se sigue celebrando en la actualidad con alguna variante.

3.      Entretenimiento y diversiones
¿Cómo se divertían en Briviesca cuando usted era joven?
(No hay texto de respuesta por cuanto sólo existe la grabación a la que no se ha tenido acceso).

4.    Hermandad de Labradores y Ganaderos de Briviesca.
Con objeto de conocer la riqueza agrícola y ganadera de la región burebana recurrimos al Sr. Presidente de Hermandad de Labradores y Ganaderos a quien rogamos nos informes sobre las siguientes cuestiones:
a)  Como región típicamente cerealista que es la Bureba, ¿podría usted decirnos qué cantidad de cereales han sido recolectados durante la última cosecha?
b)     ¿En qué grado de mecanización agrícola se encuentra Briviesca?
c)      ¿Qué puede decirnos sobre los recursos ganaderos locales?

5.  Cámara de Comercio e Industria de Briviesa
Preguntamos al Señor Presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Briviesca:
a)       ¿Qué tipo de Industrias se desarrollan en nuestra localidad?
b)      ¿Las industrias locales existente elaboran productos característicos de la  región o por el contrario funcionan surtiéndose de materias primas de  otra procedencia?
c)       ¿Podría informarnos sobre la tradición comercial en Briviesca?

6.  Futuro de Briviesca
A nosotros niños de Briviesca que estamos formándonos, nos inquieta mucho el porvenir y por eso recurrimos al Señor Alcalde Presidente del Excmo. Ayuntamiento para que él nos presente (en la medida de lo posible) el futuro que Briviesca puede ofrecernos para satisfacer nuestras aspiraciones.

                                   Señor Alcalde,
a)  Cuando terminemos nuestros estudios de Enseñanza General Básica ¿tendremos posibilidades  de continuar estudios aquí, en Briviesca?
b)  Los pueblos más importantes del país son aquellos que están más industrializados, ¿Briviesca podrá llegar a ser una población industrial?
c)   Hoy que tan de moda está el turismo, ¿qué atractivos turísticos puede ofrecer Briviesca?

7.  Festival Folclórico
              a)  “En Briviesca el que no caza pesca”
El origen histórico del refrán, tiene su origen en las fiestas que en nuestra ciudad se celebraron en honor de la princesa Doña Blanca de Navarra, de paso para Burgos, don acudía para contraer matrimonio con el hijo de Juan II, que luego sería Enrique IV. Año 1440.
                                                                                              Francisco Colina
b)  Coro Escolar
El folclore, los dichos, tradiciones y leyendas definen a los pueblos.
Así canta Briviesca. El Coro del Colegio canta la canción  “El Conde Olinos”

c)  Un niño recita para los oyentes la narración del conocido refrán EN BRIVIESCA EL QUE NO CAZA PESCA de Francisco Colina.

d) El grupo de guitarras del Colegio interpreta a continuación el VALS EN SOL.

e)  Ayer y Hoy. El abuelo conversa con su nieta, la niña Casilda Martínez Sanz.

8.  Despedida
Muchas gracias por la atención que nos han prestado. Con este programa hemos querido contribuir a afianzar la fe en nuestros pueblos, mantener viva la esperanza en ellos y, a través de su conocimiento, amarles más.

Briviesca 17 Abril 1972
Eduardo García Saiz
Colegio Nacional Mixto, Comarcal
BRIVIESCA (Burgos)

martes, 18 de marzo de 2014

LA BELLEZA DE LA POLINIZACIÓN



Louis Schwartzberg es un cineasta que ha estado filmando las flores durante más de 35 años, utilizando la fotografía de lapso de tiempo. Él nos muestra el increíble mundo de polen y los polinizadores con impresionantes imágenes de alta velocidad de su película "Alas de la Vida". Louis se inspiró en el riesgo de la desaparición de las abejas, uno de los polinizadores primarios de la naturaleza.


Clic en este enlace:
La belleza de la Polinización

jueves, 13 de marzo de 2014

CLAUDIA EN EL CARNEGIE HALL DE NEW YORK







Con el inmenso placer que me impulsa por mi condición de abuelo, absolutamente legítimo como corresponde a esta condición, quiero aludir a la presencia en el CARNEGIE HALL de NEW YORK de Claudia Pueyo García con la SALEM HIGH SCHOOL CONCERT BAND de su ámbito estudiantil. La imagen que figura a continuación muestra el contenido del programa a interpretar y los pormenores de su desarrollo en el famoso recinto.


Si a continuación aclaro que Claudia es la mayor de mis nietas y que, a su condición de estudiante aventajada se une su decidida afición por la música, se comprenderá el entusiasmo que yo ponga en este conciso relato por lo que significa para el orgullo familiar y nuestra común inclinación musical. Conseguir semejante hazaña, considerando el recinto del CARNEGIE HALL, marco de merecida fama universal, en el que se desarrollan toda suerte de interpretaciones culturales con la actuación de los más grandes artistas universales del momento, representa muchos valores acuñados por los jóvenes participantes en este evento. El esfuerzo, la decisión, la entrega, la constancia después de haber superado con éxito el rigor de una selección de méritos, son valores más que suficientes para concluir en confirmarles como la mejor ruta para el éxito. 

 
Comienza el desfile de la SALEM HIGH SCHOOL CONCERT BAND 

 Claudia, tercera por la izquierda


 Claudia en el centro de la imagen

El Carnegie Hall es una sala de conciertos en Manhattan, Nueva York. Es uno de los sitios ilustres de los Estados Unidos tanto para los músicos clásicos como para los populares, famoso no sólo por su belleza e historia, sino por su extraordinaria acústica. El Carnegie Hall se encuentra inscrito como un Hito Histórico Nacional en el Registro Nacional de Lugares Históricos desde el 15 de octubre de 1966. William Tuthill fue el arquitecto del Carnegie Hall. Ubicado entre la Séptima Avenida y la Calle 57, a dos manzanas de Central Park


Estrellas de la Música durante alguna 
de sus intervenciones en el CARNEGIE HALL








sábado, 8 de marzo de 2014

4-TISIMO GUITAR QUARTET


El Cuarteto de Guitarra 4-TISSIMO fue fundado en 2005 por cuatro mujeres guitarristas. Una de ellas ha dejado el conjunto en 2008, lugar que ha ocupado Dimitri Illanrinov, uno de los guitarristas más populares de Rusia. El nombre del cuarteto, que se traduce del italiano por «muy alto», habla por sí mismo. Cada uno de los componentes ya se ha asegurado un lugar como solista en el mundo de la música.

Clic en este enlace:
4-tissimo Guitar Quartet

miércoles, 5 de marzo de 2014

VILLADIEGO Y EL VALOR DE LA PATRIA CHICA


EL VALOR DEL TERRUÑO 

Hace mucho tiempo que no hablo del carril bici y no es por falta de ganas. Lo que sucede es que apenas descubro novedades dignas de contar. Especialmente las que se refieren a la presencia de canes porque tal parece que se haya producido una deserción general de estas mascotas. Sin embargo, el carril, fiel a su presencia alentadora, también aporta alguna ocasión para el juicio e incluso desencanto de algunos encuentros. 

Ayer por ejemplo me tropecé con un amigo que me sorprendió con una de esas salidas de pata de banco que jamás hubiera puesto yo en su boca. Estaba él entretenido con un par de colegas de ambos, a los que me presentó de la manera menos celebrada de las muchas que se me ocurren ahora. Mi condición de bisoño en el arte de contar relatos, y lo más audaz, convertirlos en libro impreso, le sirvió para decir que, Villadiego, el lugar donde yo nací, —según él una especie de núcleo urbano a lo San Perejil de Abajo y aldea olvidada en la meseta― mostraba una amplia y variopinta colección de aficionados a la retórica con pretensiones literarias. 

El caso es que mis cuatro paisanos y yo habíamos aparecido en imagen a todo color en la prensa burgalesa con motivo de las fiestas patronales de la villa. En lo que a mí respecta, acepto su comentario —aunque ignoro si ha tenido la oportunidad de hacer un juicio crítico sobre el contenido de mis memorias— porque uno ya conoce sus limitaciones y la nobleza obliga. Sin embargo, tanto los emotivos versos de mi amigo Eduardo dedicados a la villa; las muchas horas de investigación histórica realizadas por mi compañero Heliodoro; el estudio sobre los orígenes del dicho «Tomar las de Villadiego» de Antonio y la paciencia benedictina de Nicolás, apostado con su cámara tras rocas y parapetos para recoger la vida más espectacular y variopinta de una espléndida colección de aves de la comarca, merecen el mayor de los respetos y la aprobación de quien sabe muy bien lo que hay detrás de cada uno de sus esfuerzos. 


Y por supuesto, el señorío de la villa, ilustre por muchas razones, configura una población próxima a los dos mil habitantes y su dignidad excede con mucho de los juicios que otros puedan hacer, dudosamente, sobre sus capacidades culturales. El año 1951 tuve el orgullo de formar parte de un numeroso grupo de alumnos de ambos sexos que pudimos iniciar estudios de bachillerato gracias a una iniciativa del Excmo. Ayuntamiento de la villa. El resultado fue dar vida al “Liceo Padre Flórez” y, con él, futuro prometedor a todos los que como yo nos entregamos a la tarea de formarnos con el sueño de un futuro prometedor. Vaya para los gestores de aquella iniciativa el más sincero agradecimiento. 

No se me ha ocurrido nunca averiguar cuantas viviendas completan la villa, pero me atrevo a asegurar que no superarán el número de carreras universitarias y titulados superiores que son el orgullo de quienes nacimos en sus lares. En cuanto a capacidades de iniciativa cultural, voy a apuntar una sola. Se trata de una fiesta profana que se celebra anualmente en el ámbito de la Semana Santa local en la que participan alrededor de 250 actores. Desde el guión y el desarrollo del proceso hasta el desenlace final, la representación es un derroche de uniformidad, colorido, perfección y entrega que tal parece un film salido de la pantalla para cobrar vida en las calles y plazas del recinto ciudadano. El espectacular colofón que pone brillante broche al evento, discurre entre la perplejidad y el entusiasmo llenando de estruendos, luz, color y algarabía cada palmo de las principales calles de la villa. 

Y si mi amigo desea más completa información sobre el discurrir cultural de mis paisanos, le remitiré a la página Web del ayuntamiento http://www.villadiego.es/ en donde podrá organizar sus visitas para comprobar mis asertos —una sola jornada es insuficiente para abarcar todas las posibilidades que se ofrecen— y disfrutar de los numerosos eventos que tienen lugar a lo largo del año además de saborear la exquisita morcilla y las no menos sabrosas jijas al tiempo de comprobar que, como buenos castellanos, la hospitalidad es el sello que distingue a mis paisanos. 
Ontillera
E.G.S.  















SAY SOMETHING. PENTATONIX


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Say Something - Pentatonix

lunes, 10 de febrero de 2014

LA EVOLUCIÓN DE LA MÚSICA


Pentatonix 

es un grupo de música a cappella de cinco vocalistas: Scott Hoying, Kirstin Maldonado, Mitch Grassi, Avi Kaplan y Kevin Olusola. Procedente de Arlington; Texas, el grupo ganó la tercera temporada de The Sing-Off de la cadena NBC. Pentatonix ganó 200.000 dólares y un contrato de grabación con Sony. El grupo está de gira por Europa promocionando su segundo álbum.
(De la Wikipedia)


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The Evolution of Music

domingo, 19 de enero de 2014

LA MATANZA

"MEMORIAS DE UN SEXAGENARIO ADOLESCENTE"


La primera vez que recuerdo esta experiencia en mi casa, deambulaba yo, entre atemorizado y morboso, detrás de los protagonistas del sacrificio. Eso sí, procurando no entorpecer. De este modo prestaba la mejor colaboración con que a menudo se nos persuadía a los niños en casos semejantes y que consistía en no estorbar. Pero aquello tenía mucho de excitante y novedoso y, además, mi presencia en aquel ritual y en día de escuela, era privilegio tradicional e irrenunciable que estaba permitido por el maestro sin rapapolvo alguno para el ausente.
Eran las fechas de noviembre próximas a San Martín y ya es sabido que el almanaque, involuntariamente supongo, tiene colocado al santo en la fecha menos halagüeña para la tranquilidad de los puercos. Y al nuestro también le llegó su hora de rendir cuentas. Las diez arrobas largas acumuladas a lo largo de diez meses, dedicados a comer y dormir, parece que eran ya razón más que suficiente para trasladarle a la despensa convertido en charcutería.
De modo que aquel día, el señor Santos, mi padre y mi hermano Eliseo ―por aquellas fechas mi hermano Jesús ya estaba ausente de casa y apretaba los codos en la ciudad― fueron los enemigos declarados de aquella mole de tocino y carne que había conseguido sus arrobas gracias a los permanentes cuidados nutritivos de mis padres. Los tres lo sacaron entre empellones y chillidos ensordecedores y lo colocaron tendido sobre la banca en la que se debatía impotente por escapar. Yo sólo era un espectador inquieto y espantado de oír al pobre animal llenar la calle con sus gritos de terror. 
Cuando hubieron consumado el sacrificio y la tensión del alboroto terminó, la calle quedó en calma y comenzaron a chamuscar minuciosamente la piel del paquidermo con las chistas. Después, palmo a palmo, la rasparon cuidadosamente con afilados instrumentos y terminaron cortando el crespo rabo del animal, como si fuera un trofeo taurino. Lo depositaron sobre los últimos rescoldos de paja quemada caída al pie de la banca y el ensortijado apéndice se convirtió en la primera muestra de las delicias porcinas venideras. Caliente y tostado me lo ofreció mi padre como si fuera la recompensa por mi disciplinada «ayuda». Que me perdone aquel lechón pero a partir de ese momento se me pasaron todos los remilgos y espantos y comencé a pensar que tanto alboroto había merecido la pena.
Después, todo fue un enorme ajetreo en torno al gorrino que terminó abierto en canal y colgado de aquel gancho misterioso que pendía de una de las vigas del portal.  Así permaneció a mis ojos hasta el día siguiente en que, lo que había sido un robusto omnívoro que se revolcaba impúdicamente en sus excrementos y que comía a trompicones el condumio que mi madre le preparaba, quedó completamente troceado. Perniles, muslos, perneras, jamones, nalgadas y ancas se amontonaron sobre las duernas por obra y gracia del señor Santos que lo destazó con asombrosa soltura y brevedad.
En todo el proceso, mi afán por ser útil y prestar alguna ayuda significativa ―no sólo con la pasiva de no estorbar― me deparó más de una chanza. Lo cierto es que muy poco podía hacer porque entre mis remilgos y mis ignorancias, con reunir y entregar los manojos de chistas que usaban para quemar las cerdas del animal ya tenía más que suficiente. Pero aún así, cuándo el señor Santos me pidió ayuda se la presté veloz e incondicionalmente: «chiguito», me llamó, «pide a tu madre un cesto para echar los sesos del gorrino». Y yo, encantado y orgulloso, le trasladé a mi madre el encargo. Ella, siguiendo la broma, me dio el «coloño» más grande que teníamos para el acarreo de la paja desde el desván a la gloria. Cuando llegué a la calle con tamaño cesto, el hombre se sujetaba el vientre con ambas manos como para impedir que las sonoras carcajadas reventaran sus vísceras. Yo, perplejo por semejante acogida, sin saber en dónde había errado mi encargo y por qué provocaba semejante jolgorio, descubrí el origen de la chufla al ver llegar a mi madre tras de mí con una minúscula cazuelita de barro. Allí fueron a parar los todavía calientes sesos del bicho. Todavía no había llegado en mi enciclopedia a averiguar que el cerebro de este animal nada tiene que ver ni con el grosor de sus perniles ni con sus ordinarieces en la pocilga.
Aquella mañana también recibí el encargo de llevar una muestra de carne para la observación microscópica y el veredicto sanitario de D. Pedro el veterinario. Con su visto bueno, comenzó la primera de las pitanzas de la que, legítimamente, también participó el señor Santos. Los tiernísimos filetes de hígado a la sartén, el pan recién horneado y los generosos tragos del porrón, inundaron de sabroso y abundante tentempié el almuerzo mañanero que animó de locuacidad la dormida facundia del pastor. Porque el hombre, hecho al pastoreo desde su juventud, no era precisamente un charlatán empedernido. Claro que tampoco sus perros y sus ovejas, en la soledad de los páramos, eran los mejores contertulios para entretener sus largas horas de soledad. Así que, estimulado por el vino y la pitanza, aprovechó para disfrutar de su broma para conmigo, como lo había hecho ya con algunos de mis amigos, y pude comprobar que yo no había sido ni el primero ni el único cándido caído en sus redes. Otros picaron anzuelos semejantes y algunos de mayor calibre.
Luego, junto a la que había sido madriguera del puerco, mi padre preparó una fogata con leños apilados sobre los que colocó una trébede y, sobre ella, la brillante caldera de cobre destinada para la ocasión. Allí fueron a parar los entripados rellenos de arroz, sangre y especias que se convertirían al cabo en exquisitas morcillas. Nunca supe muy bien por qué, pero en el fondo de aquella caldera, algunas antiguas monedas de cobre permanecieron controlando hervores y cocción como si de ellas dependiera el éxito gastronómico de aquel embutido. Y recuerdo también cómo, junto a aquella prometedora fogata, se arremolinaron una hilera de ollas variopintas que las vecinas llevaban, según costumbre tradicional, para participar del sabroso festín del calducho y las morcillas. Un caldibaldo que, lejos de ser insustancial, se convertiría en una sopa exquisita plagada del mondongo contenido en las tripas. Porque, a pesar de las precauciones para impedirlo, algunas de estas se reventaban por obra y gracia de los intensos hervores y liberaban la mezcla que se unía al caldo. Con éste y una morcilla, cada puchero iba a parar a las cocinas de la vecindad como una muestra de estima y reciprocidad solidaria entre vecinos.
La tarea de trocear la carne magra en pequeños tacos, incluida la de los jamones, significó la primera fase de la elaboración artesanal de chorizos y sabadeños. Los trozos de carne, después de adobada convenientemente al gusto de mi madre, fueron a parar a las duernas de madera en las que permanecieron reposando y empapándose del adobo y la sal hasta configurar la sazón adecuada. Era este otro momento de albricias porque algunas muestras de esta carne sazonada terminaron en la sartén y con ella en el menú de los días siguientes. Eran las «jijas» que representaban un manjar exquisito y reconfortante para los pesares que el sacrificio del cerdo me había provocado. No en vano, aquel animal había formado parte del clan familiar y, desde los mimos que recibió de lechoncillo hasta sus gruñidos y «efluvios» de cada día, le habían convertido para mí en una especie de mascota.
Finalmente, las duernas fueron trasladadas a la cocina vieja y allí permanecieron protegidas por una cruz que mi madre hizo sobre la masa de aquella carne amalgamada. Era una costumbre generalizada por la que se trataba de implorar la protección divina para tan ingente y valiosa cantidad de proteínas. Si aquello fallaba, el desencanto y los esfuerzos de todo un año quedarían convertidos en podredumbre y había que evitarlo a toda costa.
Pasaron alrededor de cuarenta y ocho horas y se inició la tarea de convertir las jijas en chorizos. Aquí solíamos intervenir mis hermanos y yo para girar la manivela de la choricera. La espiral sin fin empujaba la carne depositada en la tolva y se iba alojando sumisa en las tripas que, a tramos, se ataban con apretados hilos de algodón hasta formar una serie de chorizos en ristra. Terminada la tarea, todas las sartas fueron a parar a las varas colgadas del techo de la cocina vieja en donde mi padre inició el ahumado. Un fuego sin llama que se mantuvo durante algunas semanas acariciando a los embutidos y que significó la última fase del alimentario proceso. 
Dicen que «del cerdo hasta los andares» y así quedaron mis recuerdos del gorrino convertido en puzzle y finalmente colgado en el techo de aquella cocina. Junto a los chorizos aparecieron bien adobados sus perniles, huesos, costillares y papada. Y más escondidos, dentro de una gran orza de barro, los gruesos filetes de lomo fritos y empapados en aceite. En aquel espacio terminaron las horas de placidez y ceba del lechoncillo que hasta ternuras inspiraba en los brazos de mi madre consumiendo biberones.  


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martes, 14 de enero de 2014

viernes, 20 de diciembre de 2013

PETARDOS



Algunas perplejidades lleva uno acumulando a propósito de la tolerancia y sus peculiares interpretaciones. Nada que objetar al desenfadado uso de explosivos que configuran la Navidad, hace ya algunas décadas, porque sencillamente no hay prohibición que lo impida ni valiente que se atreva a regularlo. De tal manera que hasta los canes suspiran porque llegue la cuesta de enero y con ella se acaben los euros para el derroche y los fogonazos para el pánico.

Viene a cuento el tema porque, con la mejor intención de añadir calor musical  al calor humano que se respira en la calle, hay un huequecito para la costumbre más enraizada y menos estruendosa que permite a los nostálgicos de las tradiciones el disfrute sin riesgos de los cánticos navideños en la vía pública.

Como iniciativa del Ayuntamiento, todos los años por estas fechas, hay colectivos que dedican su bien hacer  musical interpretando antiguos villancicos que suscitan emociones, entre añoranzas y recuerdos familiares vividos antaño al calor del hogar. Son grupos corales que ponen todo el  afán en dedicar unos minutos de su tiempo y afición para colorear con sus voces la  iluminación navideña de calles y plazas.

Sólo hay un algo indescifrable que no parece competir serenamente con tanta luz y color y que salpica el aire festivo con detonaciones, a veces tan estruendosas, que más parecen violencia desatada que argumentos para estimular al jolgorio.

Así estábamos algunos disfrutando a duras penas del canto rodeados por el alevoso que, a pocos metros del estrado, explotaba sus petardos desafinando tonos, compases, melodías y temples.El corro lo conformaban un nutrido grupo de varones a todas luces “quinceañeros”, con alguna presencia femenina, convertidos todos en acólitos del dinamitero que parecía ser el líder recompensado con carcajadas de sus divertidos "acólitos". Lo cierto es que, aunque nosotros lo pasamos bastante incómodos e irritados, ellos parecieron disfrutar de lo lindo con su hazaña. Hasta ahí, miel sobre hojuelas aunque mal repartida como queda dicho. 

Terminó nuestra intervención y se suspendieron los estampidos hasta que subió al estrado el siguiente grupo. Con las armonías de los nuevos cantores, se recrudecieron los petardos, el ruido y el enfado, esta vez del público deseoso de disfrutar del concierto en paz aunque tan  deslealmente acosado. Dos señoras intentaron sugerir un poco de cordura a los adolescentes y el resultado no pudo ser más desolador porque, estimulada la vis saboteadora, la secuencia de estampidos se hizo ahora más acelerada entre insolencias y malos modos. Alguien intentó de nuevo atemperar al “dinamitero” con argumentos de la “LOGSE” bienaventurada (tolerancia, buenos modos, argumentos democráticos, solidaridad, respeto mutuo y otras sensateces al caso…) y el estrépito de las explosiones se hizo más poderoso tan pronto el ingenuo terminó su propósito conciliador, salpicado de risas, burlas y descaros,  mientras rezongaba un exabrupto de impotencia...
Al fin y al cabo "son chicos...." ¿?


28-diciembre-2012

ZODIAC

Gijón siempre ha sido nuestro refugio preferido en las escapadas en busca de terapias de remedio contra la ansiedad. Esos espacios grises en...