Año 2000 – Agosto, 30
Son las últimas horas
de un camino recorrido a lo largo de cuarenta y dos años. Han sido los dieciséis
últimos cursos destinado en lo que fueron ambos Colegios Públicos de Prácticas,
masculino y femenino y que ahora se llama, convertido en centro unificado y mixto,
C.P. Francisco de Vitoria en honor de este fraile dominico español escritor y catedrático de la Escuela de Salamanca.
Acabo de recorrer todas y cada una de las aulas que, en
plena tarea docente, mantienen a mis compañeros en la noble tarea de ser
educadores hasta los últimos alientos del curso que finaliza. Para mí, será
también el último día como Maestro de Primera Enseñanza ―es lo que dice el
descolorido título que poseo― y comenzaré un nuevo camino que habrá de
discurrir entre añoranzas e incertidumbres. Entre las primeras, contemplaré a
cada uno de los compañeros que discurren por este vídeo, como homenaje a todos
los que la fortuna me ha deparado a lo largo de mis años de escuela. Las
incertidumbres irán desvelando su secreto en el correr del tiempo porque el vivir está vinculado al destino
y será éste quien disponga de mi deambular.
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