miércoles, 29 de junio de 2016

ESCUCHANDO A ALICIA

Alicia Amo......



Click en este enlace:
https://drive.google.com/open?id=0B__MJePvPzjsX1p5NmdmcHRnajg

CORDÓN BARROCO
Patio de la Casa del Cordón (BURGOS)
6 de noviembre de 2015
Francisco Corselli (1705-1778)

ALICIA AMO Y EL TEST DE FIESTAS



Todavía no he conseguido aparcar mis rubores después de leer las entrañables respuestas de mi querida Alicia. Mi nieta adoptiva, parentesco que me honro en publicar porque forma parte de mis más valiosas estimas, me distingue con el privilegio de elegir las "humildes habilidades retóricas" que me acredita -y a las que dedico gran parte de mi ocio de jubilado- para disfrutar del placer de escucharme como candidato pregonero en las fiestas burgalesas.

Sin duda conoce el inmenso cariño que me une a la tierra donde he nacido y de la que he recibido los mejores valores de mi condición de castellano, burgalés y villadieguense. Gracias mi querida Alicia; aunque es obvio que tu grande estima supera con mucho a mis discretos méritos personales, es una impagable muestra de cariño que me ha emocionado y que no olvidaré jamás.


sábado, 7 de mayo de 2016

EL ACORDEÓN BÚLGARO

Hay un joven situado en la avenida del Cid burgalesa que, a diario, toma asiento en uno de los bancos que invitan al solaz en ella, para amenizar el discurrir de transeúntes con un acordeón repleto de melodías y sones bien conocidos en el acervo popular de nuestro país. Suena bonito y agrada su imagen y sonrisa de hombre cordial. Después de responder a su muda demanda con una moneda depositada en el platillo que yace a sus pies, he querido saber de sus orígenes. 

Es búlgaro y le he dicho que sería bueno añadir a su repertorio habitual alguna de las melodías de un país que posee un rico acervo musical como lo son las famosas voces búlgaras. Son éstas un espléndido tesoro acuñado a lo largo de mas de dos mil años. Su reacción, tan inmediata como llena de entusiasmo, me ha regalado con una de ellas y he descubierto hasta dónde el recuerdo de sus lares, abandonados a su pesar, le transfigura el semblante, sin duda preso de nostalgias, recuerdos y emociones.



He recordado la fascinación que el misterio de las voces búlgaras, tan espléndidas como atrayentes, produce en melómanos y amantes de la música coral, que hasta la lanzadera Voyager las lleva en su ruta a través del espacio. 

El muchacho ha terminado su interpretación y con la mirada húmeda de unos ojos agradecidos, se ha levantado para estrechar mi mano y mostrar enardecido su agradecimiento para mi demanda…

Anoche estuve hurgando en la red en busca de una muestra equivalente a la que el muchacho búlgaro me regaló a mí y os la dedico con el mismo entusiasmo que él me dedicó la suya. Grabar en la avenida del Cid no era el mejor lugar para hacerlo dignamente, por eso busqué y encontré ésta en Youtube que es pareja con la viveza y calidad que yo percibí.
























viernes, 29 de abril de 2016

MIGUEL ÁNGEL VELASCO

Mi amigo Miguel Ángel Velasco nos ofrece, una vez más, la belleza natural que rebosa por doquier en nuestra tierra castellana, con el valor añadido de su cariño a la misma y unos pinceles dispuestos a convertir el paisaje y los encantos ciudadanos en nuestro cuarto de estar lleno de vida. ¡¡¡Gracias Miguel Ángel!!!


 



























viernes, 22 de abril de 2016

JUBILADO

Año 2000 – Agosto, 30

Son las últimas horas de un camino recorrido a lo largo de cuarenta y dos años. Han sido los dieciséis últimos cursos destinado en lo que fueron ambos Colegios Públicos de Prácticas, masculino y femenino y que ahora se llama, convertido en centro unificado y mixto, C.P. Francisco de Vitoria en honor de este fraile dominico español escritor y catedrático de la Escuela de Salamanca.

He recorrido todas y cada una de las aulas que, en plena tarea docente, mantienen a mis compañeros en la noble tarea de ser educadores hasta los últimos alientos del curso que finaliza. Para mí, será también el último día como Maestro de Primera Enseñanza ―es lo que dice el descolorido título que poseo― y comenzaré un nuevo camino que habrá de discurrir entre añoranzas e incertidumbres. Entre las primeras, contemplaré a cada uno de los compañeros que discurren por este vídeo, como homenaje a todos los que la fortuna me ha deparado a lo largo de mis años de escuela. Las incertidumbres desvelarán su secreto a medida que el tiempo discurra y el vivir me depare sus opciones. Espero que todas me permitan envejecer serenamente.





martes, 5 de abril de 2016

LING LING Y TING TING

CURSO 1998/1999

Ling Ling y Ting Ting son dos niñas hermanas, de nacionalidad china, que se incorporaron al Colegio Público “Francisco de Vitoria” de Burgos al comienzo del presente curso. Su condición de orientales y su desconocimiento absoluto del castellano representaron un insólito reto docente para el centro. Sin embargo, a las pocas semanas de su presencia en el Colegio, el exótico atractivo dejó de ser una peculiaridad y la reacción de la comunidad escolar hacia ellas espontáneamente afectiva y solidaria. El exquisito comportamiento de ambas, su conducta comedida y delicada y su comprensible timidez inicial generaron simpatías y aprecios de inmediato.

De la urgencia en programar una actividad de inmersión lingüística y de la preocupación de los tutores por diseñar una conducta pedagógica adecuada surgió la iniciativa del Equipo Directivo para desarrollar una estrategia de apoyo individualizado. Esta tarea me fue confiada por mi condición de profesor del área de inglés y entendiendo que las maneras didácticas que se estaban revelando útiles para el aprendizaje de dicho idioma, también podían funcionar para iniciar a las niñas en la lengua castellana.


El reto tenía todos los ingredientes de una experiencia desconocida y atrayente. Además, la actitud inicial de las niñas y su talante cooperador hacía suponer que la tarea había de ser sin duda gratificante. Por otro lado, la inexistencia casi absoluta de una oferta didáctico-editorial que pudiera facilitar el trabajo significaba le necesidad de recurrir a la propia experiencia y echar mano del talante investigador que todo docente lleva dentro a la hora de adecuar su trabajo a la personalidad de los alumnos.



Iniciadas las sesiones de apoyo, los primeros resultados fueron especialmente alentadores. La progresiva asimilación de vocabulario y estructuras en las destrezas orales —sólo limitado en ocasiones por las evidentes dificultades fonéticas— y el rápido avance en el dominio de la lectura mecánica representaron un alivio inmediato para el profesor que se vio animado a toda suerte de iniciativas. Favorecidas estas por la universal capacidad de los niños para mostrar pautas inequívocas en cualquier proceso de aprendizaje, el resultado de la experiencia puede considerarse muy gratificante. 

Transcurrido ya el curso, estamos en condiciones de celebrar con prudente optimismo los resultados conseguidos. La capacidad de Ling Ling y Ting Ting para la comprensión de los mensajes orales es altamente satisfactoria; su dominio de la lectura mecánica es completo, aunque pueden advertirse algunas irregularidades fonéticas típicas; el grado de perfección gráfica es semejante al de cualquier alumno o alumna de su edad y, finalmente, sus posibilidades de comunicación lingüística —favorecidas regularmente por la relación con sus tutores y compañeros— resulta muy aceptable.

Sin embargo, y sin desdeñar ninguna iniciativa pedagógica al respecto, parece que el lenguaje universal de la solidaridad ha hecho el milagro de conseguir que Ling Ling y Ting Ting se hayan incorporado definitivamente y en el breve espacio de un curso escolar a la tarea colectiva de la Comunidad Escolar del Colegio. Sin duda que el ambiente de aliento generado a su alrededor ha completado sus propios afanes integradores.

Baste para acreditar lo expuesto la anécdota de su intervención en el acto cultural de final de curso que cada año se celebra en el pequeño teatro del Colegio. En él participan todos los niños y niñas del centro y también lo hicieron ellas. Acaso su contribución no fuera ni espectacular ni vistosa pero sí lo suficientemente emotiva como para recogerla en clave de estímulo para todos.

Cantaron con tímido empeño un par de canciones; la primera en su idioma y en tono legítimamente añorante. La segunda, burgalesa, sonó segura y en un castellano perfecto, sin duda para confirmar con el acento su afán de incorporación definitiva a nuestra comunidad.



... Los gigantones, madre,
el día del Señor
corren, saltan, grandones,
bailan alrededor ...

Con estos entrañables sones burgaleses llenaron el recinto repleto de niños, profesores y padres quienes, en gesto espontáneo y emocionado, acompasaron a las niñas con el calor de sus palmas entusiasmadas y el cariño de quien recibe encantado semejante muestra de aprecio.




Esta experiencia educativa, una más en el creciente número de actuaciones excepcionales y diarias que cada día tienen lugar en nuestras aulas con niños y niñas de diversos orígenes culturales y etnias, sirva para estimular la capacidad integradora de nuestros alumnos y alumnas y mostrar el profundo respeto que nos merece cualquier ser humano, desplazado de su ambiente cultural, que acude a otro en demanda de comprensión, ayuda y, sobre todo, afecto.
Burgos, junio 1999
Eduardo García Saiz
C. P. "Francisco de Vitoria"




sábado, 20 de febrero de 2016

SER MAESTRO DE ESCUELA

SER MAESTRO
PRIMARIA - TERCERO, A
Briviesca (Burgos)
Año 1970



Nadie se alarme porque esta clase, como otras tantas miles en España al comienzo de los años setenta del pasado siglo XX, estaban tan "prietitas" como la mía. Son exactamente cuarenta y un alumnos de nueve años, llenos de vida y dispuestos a disfrutarla intensamente dentro y fuera del aula

En aquel año yo tenía la frescura de los treinta cumplidos y era el más feliz de los mortales trabajando en tan agradable y estimulante compañía. Eran épocas en las que la escuela era, por encima de todo, un lugar de convivencia en paz y mucho trabajo, como es fácil deducir de la imagen que recuerdo con toda la fuerza de mi cariño.

jueves, 18 de febrero de 2016

LA MARGARITA


En la plaza próxima a mi domicilio hay un par de setos con aguerrido césped en el que, entre las briznas de hierbas, malviven algunas margaritas que no tengo claro si pertenecen a una primavera caduca o son señuelo de las que, según secuencia climatológica anual, vendrán después de los intensos fríos presentes y de los que aún quedan por llegar.



El pequeño, como suele suceder a menudo, superado el periodo de lactancia, disfruta de sus primeras libertades caminando tras la mamá y absorto en el verdor de ambos setos que adornan la plaza. Aguzando los ojos, descubre la blancura marchita de algunas margaritas que tiritan del frío y se mueven con el viento que las azota sin piedad. El pequeño, ni corto ni perezoso, invade el espacio que las cobija y con exquisito cuidado coge una de las flores y la coloca en el cuenco de la mano para entregársela a la mamá. Ella, sin volverse, le insiste cariñosa para que no se entretenga y siga tras de sí. Cuando descubre lo que el pequeño protege con tanto mimo para entregárselo, un impulso de absoluta ternura la lleva a cogerle en sus brazos y mostrarle el más apretado y sonoro de los cariños…

DE YUYUS

DE ATAÚDES Y YU-YUS

Aun recuerdo aquellos contratos verbales con apretón de manos y valor inquebrantable en los que ganaderos y tratantes ajustaban la compraventa de un ternero, media docena de ovejas o una pareja de mulas. Aunque la supuesta mejora de las fórmulas actuales parece más adecuada a legislación y maneras «civilizadas», la experiencia demuestra que la fiabilidad de los papeles firmados, e incluso con «el cuño estampado» deja al albur la honestidad de una de las partes con más frecuencia de la deseable. Especialmente la del que ha de pagar. Ignoro si fue un apretón de manos o un documento legal el que consolidó el contrato de alquiler al que voy a referirme. El asunto, como se verá, adolece de pertinaz contumacia considerando que la deuda acumulada por el inquilino, al menos a lo largo de diez años, no responde a lo que entendemos por honestidad en los tratos.

Mi amigo, hombre cabal si los hay, hace ya cuatro largas décadas, tenía un espacio puesto a disposición de una más que loable iniciativa empresarial, considerando el fin social de la misma. La empresa, que ha venido facilitando la entrega de ataúdes para las necesidades de la zona de influencia comarcal, inopinadamente, ha dejado de funcionar sin satisfacer la deuda contraída en tiempo y forma y sin retirar las mercancías almacenadas. Porque el bueno de mi amigo acudió al habitáculo en la confianza de verlo vacío y disponible y, confiado, al abrir la puerta, el impacto de lo visto le confirma que el asunto tiene todas las trazas de una broma macabra. Una larga hilera de ataúdes se muestran solemnes, pavorosos y listos para el trasiego al más allá; incluso puede pensarse que también a disposición de quien quiera llevarse «puesto» alguno de ellos. Así que la funeraria ha desaparecido, sin más preámbulos, y dejado a los futuros finados al albur y sin la garantía de un cobijo en el que caerse muertos.

Barajando opciones de qué hacer con la deuda y los numerosos ataúdes, las conclusiones son de todo menos razonables. Como posibilidad de obsequio a familiares o amigos, parece una decisión tabú (…lagarto, lagarto…); establecer una subasta con propósitos mercantiles tampoco es lo mismo que hacerlo con la cosecha de uva para bebedores alumbrados; convertirlos en madera recuperable, parece irrespetuoso y nada consecuente para con quién dedicó su ebanistería en habilitar una vivienda digna al sujeto (o «sujeta») en el tránsito final; guardarlos para futuras necesidades personales no deja de ser una forma macabra de recuperar la deuda. Cabe, como final, reducirlos a cenizas después de haber sido pasto de las llamas en sucesivas barbacoas y cuchipandas multitudinarias, regadas con ribera, gaita y tamboril, para así hacer uso de la maquiavélica sentencia de que al final… «El muerto al hoyo y el vivo al bollo»…

ZODIAC

Gijón siempre ha sido nuestro refugio preferido en las escapadas en busca de terapias de remedio contra la ansiedad. Esos espacios grises en...