Este hombre sin techo estaba dispuesto a dormir a la intemperie a pesar del durísimo invierno que hacía imposible la vida a la intemperie. Y todo para poder estar junto a su perra. Afortunadamente su vida comenzó a cambiar gracias a la ayuda de los demás.
La historia de Bernard Holland (53 años) y Oreo, su perro de
dos años, fue publicada por primera vez en enero en The
Indianapolis Star, un diario de Indianápolis, la capital de
Indiana, en Estados Unidos. Holland se trasladó desde el Estado de Michigan en noviembre, y en un principio se hospedó con una
familia. Sin embargo,
contó el periódico, pronto se quedó sin un lugar a donde ir y no pudo
encontrar un refugio en el que se aceptaran perros. Pero abandonar a
su mascota no era una opción que estuviera dispuesto a contemplar. Así que Holland armó una carpa en un campamento para
personas sin techo y aguantó varias noches con temperaturas bajo cero al lado del animal. Un tiempo
después, el hombre y el perro fueron encontrados por un trabajador de un
refugio local, Horizon House.
La organización, conocida su dura experiencia nocturna, comenzó a trabajar junto a Holland para resolver su situación habitacional
y para que, tanto él como Oreo, pudieran pasar el invierno protegidos bajo techo. Aquí entró en escena el refugio canino
Wigglebutt Doghouse. El grupo se ofreció a cuidar a Oreo hasta que Holland encontrase trabajo y un lugar donde vivir. “Está seguro, y
sé que la están cuidando bien”, dijo Holland.
Gracias a la
ayuda de estas organizaciones locales, en febrero Holland pudo comenzar a
trabajar medio día en el refugio canino. Desde entonces, dijo el periódico, encontró un
motel en el que Oreo y él pudieron vivir juntos. “Es asombroso
ver el cambio en Bernard desde que todo comenzó”, dijo al periódico Melissa
Burgess, de Horizon House. “Cuando lo encontramos por primera vez estaba
triste, perdido, y ahora está con más energía y ánimo. Estamos muy orgullosos
de él”. La historia de Holland conmovió a personas de todo el país, que
hicieron numerosas donaciones para él y Oreo. Holland dijo al Indianapolis
Star que esperaba encontrar un trabajo de tiempo completo y asegurarse una
vivienda permanente para él y su querido cachorro.
“No busco ser rico, solo vivir feliz”, dijo.